Tormenta de Fuego
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Capitulo 24: Deseo de Sangre (Parte 2)

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Mensaje por Jinn de helios Vie Mayo 15, 2009 7:19 pm

Tardaron mucho, pero al final, los cuatro repelieron el asalto de los demonios, por difícil que les hubiera resultado, todos ellos estaban cubiertos de rasguños, varios más de los que ya tenían, y Arnes no se veía bien en lo absoluto, su rostro de piedra estaba pálido justo como una, temblaba de una manera incontrolable, y sus ojos estaban tomando una tonalidad más siniestra, aunque en el segmento del estrecho camino, solo Keidis y Karen se daban cuenta, puesto que Jinn estaba al frente vigilando que ningún otro demonio asomara su miserable rostro, sin embargo, lo que venía a continuación era mucho peor…
-Oigan… ¿Qué es eso?-Jinn señaló a la derecha, Karen y Keidis miraron en esa dirección, había un extraño sonido en el aire, familiar, pero era difícil concentrarse con Arnes tan descontrolado y toda esa sangre alrededor, en el horizonte, mas allá del camino de las almas violentas contra los demás, había movimiento, si podía verse desde tan lejos, entonces era algo bastante grande, y parecía crecer más a cada momento, Jinn puso más atención, era algo sin forma, rojo como la sangre alrededor, y aún emitiendo ese ruido de…
-¡Vámonos!- gritó Jinn, tomando por sorpresa a sus compañeros.
-¿Qué pasa?-preguntó Keidis, lentamente, como si apenas estuviera hilando las palabras en su mente.
-¡Es una ola…!-al oír esto, Keidis ayudó a Arnes a levantarse, y todos comenzaron a avanzar por el camino lo más rápido posible, Arnes no estaba en control, sus piernas no le respondían y la enorme ola de sangre se acercaba más rápido de lo que esperaban, aún así, pronto estuvieron muy cerca de el final del camino…
Pero no lo suficiente…
Cuando estaban a punto de llegar, la gigantesca ola se impactó contra el camino, llevándose a los cuatro junto con el sendero.
Karen salió con un resoplido del mar de sangre, agitando los brazos para impulsarse, Keidis apareció en la plataforma, llevando a cuestas a Arnes, completamente cubiertos de sangre, Keidis lo soltó y ayudó a la chica a salir, respiraban agitadamente, mientras Arnes continuaba luchando, al limite de su resistencia, el caminó sin pensarlo y se derrumbó junto a una roca que le impidiera ver toda la sangre que despertaba a su otra mitad.
-¡Justo lo que me faltaba! ¿Te dije lo de las manchas de sangre en la ropa? Pues esta no se le va a quitar-decía Keidis, sarcástico.
-¿Dónde está Jinn?-preguntó Karen, incorporándose y mirando alrededor.
-No lo sé, se supone que estaba al frente-recordó Keidis, quien en un momento solamente encontró una sola respuesta. Karen lo detectó en su mirada, tampoco ella encontraba al chico, y estaban empezando a sospechar lo peor…
-Oigan… ayúdenme…-una voz débil llegó hasta los oídos de Keidis, se acercó en la dirección de Arnes, y descubrió a Jinn sosteniéndose de un saliente en la roca para no hundirse.
-¡ja! ¡Yo pensé que ya no te veríamos por aquí!-
-No tienen tanta suerte-contestó Jinn, riéndose y casi soltando la roca, en un momento muy gracioso, con Keidis tratando de atrapar al chico.
Con todas las heridas y la sangre, todos tenían el aspecto de haber salido más o menos bien de alguna masacre, pero al menos estaban completos, la colosal puerta infernal se hallaba ante ellos, teñida de un rojo suave, que uno podía imaginar como se había producido.
-Y bueno… no hay tiempo para una gran entrada ¡Aparece ya!-exclamó Keidis, exasperado e impaciente, la idea de enfrentar al guardián de las trece puertas lo emocionaba sobremanera.
Pero aún no aparecía, Jinn estaba consciente de su entorno, alerta al menor movimiento, toda su concentración en reconocer el momento que su adversario elegiría para hacer su movimiento, ni siquiera había elegido un arma, quería mantener la atención en reconocer a su oponente.
A pesar de esto, en cuanto el demonio apareció, lo tomó por sorpresa, golpeando su pecho con fuerza y proyectándolo contra una roca, para luego mantenerlo contra ella con una mano sobre su cuello…
Hay que decir, que en el momento en el que lo acorraló, el demonio era todo lo contrario a lo que Jinn se habría imaginado, tenía la forma de una chica, envuelta en una armadura roja como el mar detrás de ellos, su cabello tenía un matiz aún más oscuro, cuatro alas membranosas como las de un murciélago se extendían desde su espalda, la intensidad de su mirar era casi indescriptible, y su piel tenía un color avellana suave. La sonrisa en su rostro era algo más que una expresión humana, al verla uno recordaba como una fiera mostraba sus colmillos antes de lanzarse contra su presa, su mirada estudiaba el rostro adolorido de Jinn, quien trataba de respirar entre el golpe recibido y el fuerte agarre del demonio.
Ella miró al resto del grupo como un lobo acechando, volvió a mirar a su prisionero y lo lanzó contra la puerta infernal como si de un muñeco se tratase…
Por lo visto no se andaba con rodeos, ya que se lanzó de nuevo contra Jinn, quien esquivó el golpe que el puño del demonio lanzaba, creando un sonido muy parecido a un trueno cuando chocó con la pared de piedra, las puertas debían de estar construidas con hechizos o algo así, por que en circunstancias normales, la piedra se hubiera hecho polvo.
-Pensé que era alguien más-comentó ella, sonriendo y amenazando a Jinn con el mismo gesto-no esperaba ver a los invasores aquí…-
-Nos subestimas…-respondió Jinn, su voz en tono suave pero firme, no iba a dejar que su oponente lo hiciera ver sorprendido, ella dejó escapar un suspiro entre dientes que a los oídos de Jinn fue más bien un gruñido, seguía esbozando ese gesto de doble sentido cuando volvió a hablar.
-Justamente eso me dijeron los mensajeros de la Antenora cuando anunciaron que Marcus había sido vencido…-
La mención de Marcus hizo que Jinn comenzara a temblar de ira, se levantó de un salto y trató de asestarle un puñetazo, pero su arrebato de enojo lo desequilibró, y ella le esquivó, respondiendo con un golpe que impactó en el estomago del chico.
-Tu me subestimas, ¿o es que no sabes quien soy?-preguntó ella, aunque Jinn hubiera sabido la respuesta, no habría podido contestar, tratando de recuperar el aliento que el impacto le había arrebatado.
La mente de Keidis se iluminó como golpeada por un rayo. Jamás en su vida la había visto, pero era demasiado conocida para no saber quien era, no era un demonio tan antiguo como Feline, pero por un momento, el cazador sintió un acceso de celos por Jinn, al enfrentar a un ser tan poderoso, y solo un momento, ya que tal vez hubiera sido mejor que Keidis peleara contra ella, pero Jinn ya había tomado la decisión, Keidis dijo su nombre en voz alta…
-Lilith-
Al oír su nombre, puso una expresión incrédula, como si no creyera que de hecho fueran tan inteligentes como para hablar, dio unos pasos alejándose de Jinn, en dirección al resto del grupo, sus movimientos eran fluidos y ágiles, incluso el más mínimo de ellos era como si no quisiera que la detectaran, acechándolos desde algún matorral.
-¿Qué piensan hacer?-preguntó-¿Morirán todos juntos o será uno por uno?-
-Yo voy a enfrentarte-Exclamó Jinn, teniendo en cuenta el plan que ya tenían y logrando sorprender a Lilith. Evidentemente no esperaba que siguiera vivo.
-Así que no eres tan débil como te ves ¿eh? Supongo que no es de extrañar, no eres un humano común-dijo, todas sus palabras eran amenazadoras y marcaban escalofríos en la espalda de Jinn.
-No tienes idea-
Lilith se precipitó contra Jinn, quien se movió en el último minuto con la intención de que ella chocara con el muro, sin embargo, ella evitó la pared y lanzó su palma contra Jinn, con una fuerza tan tremenda que lo elevó por los aires, ella saltó contra la pared y golpeó con ambas manos al chico, estrellándolo en el suelo con un gran estruendo.
Jinn trataba de levantarse después del tremendo asalto, Lilith se sorprendía por no ver al chico muerto, en toda la pelea ni siquiera había tenido oportunidad de invocar sus espadas de fuego, necesitaba algo más rápido… necesitaba…
Entonces recordó la Long-Chi, desenfundándola tan rápido como pudo y pensando inmediatamente en una katana, aún así, Lilith era increíblemente rápida, pateando la cara de Jinn sin que nadie llegase a verla.
-No tienes la menor oportunidad, chiquillo-se burlaba, con una fiera sonrisa.
-¡Piénsalo de nuevo!-ella miró hacia abajo y vio su pierna envuelta en una cadena que se dirigía hacia donde Jinn había sido lanzado, el chico estaba usando su espada como un guante con cadena. Jaló de esta y lanzó al demonio contra el suelo, sin embargo, ella se soltó rápidamente y evitó el impacto con habilidad, usando la misma cadena para atraer a Jinn y lanzar un golpe hacia el, pero en medio de todo, Lilith no se dio cuenta de que lo había impulsado cuando el llevaba su espada de fuego en la otra mano, aunque ella fue lo suficientemente rápida para evitar la espada, Jinn la transformó rápidamente en un puño de fuego y golpeó al demonio con suficiente fuerza como para repelerla contra el muro.
-Me sorprendes, esperaba que fueras el más fácil de liquidar-gruño Lilith, aún sonriéndole y limpiando la sangre de su boca.
-Te sugiero que no esperes una pelea sencilla-amenazó Jinn, devolviéndole su forma original a la espada, y preparado para el combate, no dejaría que lo sorprendieran otra vez.
-¿Pero de que hablas…? Será más fácil de lo que nunca imaginaste-
Jinn esperaba que tomara un arma propia, puesto que hasta ahora había estado luchando con las manos vacías, en lugar de eso, apuntó su mano a Jinn en un gesto lento, quien no pudo contener una sonrisa al ver lo sencillo que debía ser esquivar un ataque que tu oponente te ha anticipado, examinó un momento el campo de batalla, considerando un posible contraataque pasando por la orilla al mar, solo tenía que esperar el momento apropiado…
-¡Prisma de Sangre!-Jinn obedeció a su reflejo de saltar hacia el lado en el que estaba el mar de sangre, sin embargo, tuvo que hacerle caso a un segundo reflejo cuando se dio cuenta de que ella no había disparado nada en lo absoluto, se volteó a mirar a Lilith, quien tal vez había cambiado su objetivo de ataque, pero ella aun señalaba con su mano al mismo lugar, devolvió su mirada al lugar del que había saltado, y contrario a lo que pensó ver, Jinn divisó una silueta negra en el mismo lugar en el que había estado parado segundos antes, Lilith sonreía al tiempo que tomaba forma.
-Puedo manipular la parte más oscura del alma, convirtiéndola en mi esclavo, ¿Puedes pelear contra ti mismo?- se burló ella.
Pero en cuanto la silueta comenzó a definirse, incluso Lilith se veía confundida acerca de cómo se desarrollaba su creación, Jinn entendió lo que pasaba en un pensamiento tan temible que solo mencionarlo lo paralizaba.
Los demás estaban lejos, pero la obscura presencia era tan fuerte que no tardaron en entender que era lo que ocurría, la figura extendió un par de alas en su espalda, sus manos tenían garras y sus ojos eran como brasas infernales, destilando la furia más sobrecogedora que una mirada puede lanzar, y sin embargo… la figura sonreía con la victoria…
-Solo unos estúpidos como ustedes hubieran esperado que no regresara-reía con desdén-¡Van a desear no haberme subestimado!
Una risa terrible inundó el aire…
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