Capitulo 29: El Reto del Guardián Felino (Parte 2)
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Capitulo 29: El Reto del Guardián Felino (Parte 2)
-Eres bueno, novato, podrías desbancar a Karasu…-lo elogió Feline, pero solo un momento, antes de decir-si tan solo planearas mejor lo que haces…-
-¿Por qué planearlo? Tengo el poder, no necesito nada más…-replicó Keidis, dando vueltas rápidamente a su espada con ambas manos…
-Supongo que eso los diferencia…-dijo Feline, con aire de quien todo lo controla…-alguna vez tuve la oportunidad de ver al Hijo de la Muerte en acción… muchos dicen que es muy hábil, pero cuando atacó a los desprevenidos ángeles… puedo decir que fue arte…-
La sangre de Keidis comenzó a hervir al oír estas palabras, que Feline obviamente no había elegido al azar. Recordó los arduos entrenamientos con su padre, donde Karasu terminaba opacándolo en cada ocasión, su padre los incentivaba con el argumento de que matar no era solo pelear, sino que era un arte, que solo podías considerar una obra maestra a un asesinato en el que tu víctima quedara tan indefensa como un niño sin sus padres… Karasu siempre creaba obras maestras…
-Esas son tonterías…-replicó Keidis con hastío.
-Puedes negarlo todo lo que quieras, pero la realidad es que con tu insignificante premeditación no hubieras logrado matar ni un mosquito en ese movimiento que realizaste hace un momento…-dijo Feline, sin perder el control sobre la situación.
-Funcionó ¿O no?-Keidis se estaba impacientando con Feline, pero este no se sentía amenazado en lo absoluto por el enfado del cazador.
-Si crees que lo que pasó es un resultado de tu habilidad, estás perdido-dijo Feline, agitando su cola felina con cierto regocijo-no tenías idea de que situación adversa podía salir de tu ataque, y sin embargo, lo hiciste…-
-No me sermonees, no es como si tú…-en ese momento Keidis se quedó perplejo, ahora entendía lo que le estaba tratando de decir. Feline había visto su movimiento y aún así lo atacó como quería, con el único propósito de burlarse de él…
-Ahora te das cuenta, de no ser por nuestro pequeño acuerdo, estarías muerto-dijo Feline, seguido de una risa de tono gatuno, la mente de Keidis hervía de furia con la simple idea de que el guardián solo lo estaba haciendo parecer un chiste, Keidis se lanzó a atacar, pero se encontró rápidamente sometido por Feline, quien lo hizo caer al suelo, sujetándolo de manera que no pudiera levantarse…
-Ese tipo de movimientos te van a matar…-dijo Feline, riéndose-no creo que ayudes a nadie si consigues que te maten…-
Keidis se debatía para que el demonio lo soltara, si bien el cazador había demostrado que tenía grandes cualidades para pelear, Karen no pensaba que su compañero pudiera engañar al guardián de manera que soltara su espada, era demasiado precipitado y sus movimientos eran confiados, ella no creería si Keidis se las ingeniaba para ganar el reto…
Por otro lado, Arnes se estaba impacientando con Keidis, y pensaba en que oportunidad podía intervenir para hacer que obtener la espada fuera una tarea más sencilla, pero viéndolo desde el ángulo donde estaba, entrar en la pelea solamente iba a hacer que las cosas salieran peor…
En cuanto a Jinn, solo podía verse en su rostro lo mucho que meditaba las posibles formas de ganar el reto, pero todas ellas eran completamente inservibles si uno consideraba que las energías de todo el grupo estaban terriblemente minadas, al igual que sus cuerpos. Si pudieran recuperar toda esa energía, la historia sería distinta.
Feline se apartaba del furioso Keidis en ese momento. Se plantó con los brazos cruzados y su cola sosteniendo la espada de metal negro, Keidis también se levantó, con el orgullo herido a causa de su oponente, incluso el lo menospreciaba frente a su hermano, esa maldición que lo había perseguido desde el momento en que nació, pero eso tiene que acabar…
-¡Tormenta de Acero!-Keidis regresó al ataque de nuevo, pero esta vez ni siquiera llegó cerca de su oponente, parecía que este viera todos sus movimientos en cámara lenta, lo cual desesperaba a Keidis. Feline se reía de los inútiles intentos de su oponente por tomar la espada, y se decidió por hacerlo más interesante…
-Veamos como te las arreglas con esto, cazador…-los ojos de Feline brillaron de manera muy intensa mientras buscaba los de su oponente-¡Mirada Felina!-
Keidis se detuvo de repente, como si algo lo hubiera encadenado al suelo, momento que Feline aprovechó para soltar una fuerte patada en su estómago, proyectándolo contra la pared, pero el guardián no se detuvo allí, esperó a que Keidis se reincorporara, para volver al ataque…
-¡Daga Gatuna!-Feline apuntó con su mano extendida hacia su oponente, y para sorpresa de todos, sus garras salieron volando y se incrustaron en la ropa del cazador, dejándolo clavado contra la pared…
-Eso hará que pongas atención…-dijo Feline, mientras levantaba su mano y un nuevo juego de garras aparecía en ellas-mientras tanto…-
Feline tomó su espada, cargándola con una enorme cantidad de energía, para luego atacar con la velocidad de un rayo…
-¡Relámpago Negro!-el guardián golpeó a Keidis con una fuerza atronadora, haciéndolo volar por el aire y caer con un ruido sordo sobre su cabeza…
“Demonios, acaba de matarlo…” pensó Jinn, cuando no vio respuesta del demonio cazador
Feline negaba con la cabeza, como si no pudiera creer que su oponente hubiera caído de una manera tan miserable-Que decepcionante…-
Se acercó a él, con ganas de burlarse un poco de su oponente caído e incitar al resto a hacerlo mejor…
Sin embargo, al llegar junto a él, Feline se sintió sorprendido cuando el cazador lo tomaba desprevenido y lo derribaba usando sus piernas, para luego soltar un golpe con su espada sobre la de el guardián, arrebatándosela de las manos, Keidis saltó para tomarla, pero justo antes de lograrlo, Feline tomó una pistola de la bolsa en su cinturón, y disparó al arma con el propósito de sacarla del alcance de Keidis, luego saltó y recuperó su espada…
-De verdad estás lleno de sorpresas… ¿Lo planeaste o solo improvisaste?-preguntó Feline, riendo entre dientes…
-Ya casi la tenía…-se dijo Keidis, recordando lo cerca que estuvo de tomar la espada, tenía que encontrar la manera de distraerlo…
-Pero bueno… prepárate, novato, porque ahora viene en serio…-Feline comenzó a atacar de nuevo, por extraño que parezca, el ataque de Feline había minado muy poco la capacidad de combate de su oponente, lo cual tenía perplejo al guardián, pero aún así, si Keidis no conseguía la espada, no podía terminar bien…
Para sorpresa de Keidis, la piel de su oponente empezó a perder su color normal, volviéndose completamente negra, como la de una pantera, y eso no fue lo peor, ya que en el momento en el que Feline logró tomar distancia, desapareció sin dejar rastro…
Keidis miró atentamente a todos lados, pero el camuflaje de su oponente era perfecto, no había un sonido que lo delatara, ni siquiera un rastro de su aroma, como si hubiera desaparecido de la faz de la tierra…
Justo en el momento, Keidis sintió un tremendo golpe en su espalda, estrellándole la cara con la pared, cuando se volteó a mirar, la piel de Feline había cambiado de nuevo, esta vez a un brillante pelaje dorado, como el de un león, Keidis se dio cuenta de que su fuerza había incrementado, y mucho, pero eso no sirvió como disuasivo, ya que le disparó y volvió a la carga. El guardián no solo se había vuelto más fuerte, sino también, más ágil. Feline dio una patada barrida que derribó al cazador, pero este despareció al caer y trató de golpear al guardián, este se movió a un lado, evitando por completo a Keidis, su piel volvió a ser la de un tigre cuando continuó hablando…
-Parece que ya entiendes de que se trata esto…-
-No puede ser tan difícil-replicó Keidis, quien ya planeaba algo para hacer que el guardián de las trece puertas soltara su espada y los dejara continuar…
-Lección número 2: No hagas conclusiones hasta que la pelea termine…-comentó Feline, volviendo al ataque contra Keidis, un duelo de espadas comenzó, aunque el cazador mostraba verdadera maestría y destreza al intentar quitarle su arma a Feline, este lograba contrarrestar todo lo que hacía, llevando a su oponente al borde de la desesperación, sin embargo, Keidis hizo su mejor esfuerzo por mantener la mente en su objetivo, solo así lograría ganar…
-¡Tormenta de Acero!-Keidis volvió a atacar rápidamente a Feline, pero este lo evadió sin problemas, se vio obligado a retroceder, sacar dos cuchillas de su cinturón y lanzarlas hacia el guardián, como era de esperarse, este las esquivó con toda facilidad…
-Me parece que ya te había dicho…-no terminó la frase, ya que escuchó un tintineo metálico detrás de él, y tuvo pocos segundos para esquivar las cuchillas de nuevo, dándole la espalda a Keidis, quien aprovechó la situación para golpear la espada del guardián de las trece puertas, lanzándola en el aire, el cazador se transportó en el aire para lograr reclamar su premio…
-“No sacar conclusiones hasta que la pelea termine”-citó Keidis, sonriendo intensamente-me parece que ya puedo hacerlo…-
El guardián evaluó la situación, se dio cuenta de que Keidis había usado los marcos de las puertas para hacer rebotar las cuchillas de vuelta y lograr distraerlo…
Feline sonrió con aprobación, mientras Jinn y Karen gritaban de la mera emoción, Arnes suspiró, aliviado de que el largo viaje fuera ya a terminar…
-No está mal, novato. Pueden pasar-dijo Feline, volviendo a sentarse en su escritorio, que de milagro no había sufrido daños, Keidis y los demás se acercaron a la puerta que ya les habían indicado, y se pusieron a averiguar como abrirla, mientras el guardián los observaba…
-¿Te molestaría venir a ayudar?-exigió Karen, quien ya estaba harta del infierno…
-La verdad, sí, me molestaría…-
-¿Cómo rayos se abre la puerta?-le preguntó Jinn, a lo que Feline respondió levantándose con hastío y sacando algo del escritorio…
-Estos turistas… nunca piden la llave…-se quejó Feline, mientras abría el cerrojo, la enorme puerta comenzó a abrirse, dejando ver su tan anhelado objetivo…
El Ojo del Infierno era una gran estructura, que llegaba hasta el techo de la oscura habitación en la que se encontraba, su color era negro, con una especie de bisagra en el centro que en realidad lo hacía parecer un ojo…
Keidis se acercó y dijo en voz alta…
-Muéstranos lo que nosotros no podemos ver…-
El Ojo comenzó a abrirse, brillando intensamente, todo por lo que habían luchado, las heridas, el dolor, las tragedias, todo eso cobraría sentido ahora…
-¿¡Pero que es esto!?-exclamó Karen…
-No es posible…-dijo Jinn, sintiendo su voz lejana a su cuerpo, Arnes apretó sus puños, al punto de causarse heridas en las manos, Keidis estaba boquiabierto, sin poder pronunciar una sola palabra, incluso Feline estaba sorprendido por la visión que ahora tenían…
El Ojo del Infierno estaba roto…
-¿Por qué planearlo? Tengo el poder, no necesito nada más…-replicó Keidis, dando vueltas rápidamente a su espada con ambas manos…
-Supongo que eso los diferencia…-dijo Feline, con aire de quien todo lo controla…-alguna vez tuve la oportunidad de ver al Hijo de la Muerte en acción… muchos dicen que es muy hábil, pero cuando atacó a los desprevenidos ángeles… puedo decir que fue arte…-
La sangre de Keidis comenzó a hervir al oír estas palabras, que Feline obviamente no había elegido al azar. Recordó los arduos entrenamientos con su padre, donde Karasu terminaba opacándolo en cada ocasión, su padre los incentivaba con el argumento de que matar no era solo pelear, sino que era un arte, que solo podías considerar una obra maestra a un asesinato en el que tu víctima quedara tan indefensa como un niño sin sus padres… Karasu siempre creaba obras maestras…
-Esas son tonterías…-replicó Keidis con hastío.
-Puedes negarlo todo lo que quieras, pero la realidad es que con tu insignificante premeditación no hubieras logrado matar ni un mosquito en ese movimiento que realizaste hace un momento…-dijo Feline, sin perder el control sobre la situación.
-Funcionó ¿O no?-Keidis se estaba impacientando con Feline, pero este no se sentía amenazado en lo absoluto por el enfado del cazador.
-Si crees que lo que pasó es un resultado de tu habilidad, estás perdido-dijo Feline, agitando su cola felina con cierto regocijo-no tenías idea de que situación adversa podía salir de tu ataque, y sin embargo, lo hiciste…-
-No me sermonees, no es como si tú…-en ese momento Keidis se quedó perplejo, ahora entendía lo que le estaba tratando de decir. Feline había visto su movimiento y aún así lo atacó como quería, con el único propósito de burlarse de él…
-Ahora te das cuenta, de no ser por nuestro pequeño acuerdo, estarías muerto-dijo Feline, seguido de una risa de tono gatuno, la mente de Keidis hervía de furia con la simple idea de que el guardián solo lo estaba haciendo parecer un chiste, Keidis se lanzó a atacar, pero se encontró rápidamente sometido por Feline, quien lo hizo caer al suelo, sujetándolo de manera que no pudiera levantarse…
-Ese tipo de movimientos te van a matar…-dijo Feline, riéndose-no creo que ayudes a nadie si consigues que te maten…-
Keidis se debatía para que el demonio lo soltara, si bien el cazador había demostrado que tenía grandes cualidades para pelear, Karen no pensaba que su compañero pudiera engañar al guardián de manera que soltara su espada, era demasiado precipitado y sus movimientos eran confiados, ella no creería si Keidis se las ingeniaba para ganar el reto…
Por otro lado, Arnes se estaba impacientando con Keidis, y pensaba en que oportunidad podía intervenir para hacer que obtener la espada fuera una tarea más sencilla, pero viéndolo desde el ángulo donde estaba, entrar en la pelea solamente iba a hacer que las cosas salieran peor…
En cuanto a Jinn, solo podía verse en su rostro lo mucho que meditaba las posibles formas de ganar el reto, pero todas ellas eran completamente inservibles si uno consideraba que las energías de todo el grupo estaban terriblemente minadas, al igual que sus cuerpos. Si pudieran recuperar toda esa energía, la historia sería distinta.
Feline se apartaba del furioso Keidis en ese momento. Se plantó con los brazos cruzados y su cola sosteniendo la espada de metal negro, Keidis también se levantó, con el orgullo herido a causa de su oponente, incluso el lo menospreciaba frente a su hermano, esa maldición que lo había perseguido desde el momento en que nació, pero eso tiene que acabar…
-¡Tormenta de Acero!-Keidis regresó al ataque de nuevo, pero esta vez ni siquiera llegó cerca de su oponente, parecía que este viera todos sus movimientos en cámara lenta, lo cual desesperaba a Keidis. Feline se reía de los inútiles intentos de su oponente por tomar la espada, y se decidió por hacerlo más interesante…
-Veamos como te las arreglas con esto, cazador…-los ojos de Feline brillaron de manera muy intensa mientras buscaba los de su oponente-¡Mirada Felina!-
Keidis se detuvo de repente, como si algo lo hubiera encadenado al suelo, momento que Feline aprovechó para soltar una fuerte patada en su estómago, proyectándolo contra la pared, pero el guardián no se detuvo allí, esperó a que Keidis se reincorporara, para volver al ataque…
-¡Daga Gatuna!-Feline apuntó con su mano extendida hacia su oponente, y para sorpresa de todos, sus garras salieron volando y se incrustaron en la ropa del cazador, dejándolo clavado contra la pared…
-Eso hará que pongas atención…-dijo Feline, mientras levantaba su mano y un nuevo juego de garras aparecía en ellas-mientras tanto…-
Feline tomó su espada, cargándola con una enorme cantidad de energía, para luego atacar con la velocidad de un rayo…
-¡Relámpago Negro!-el guardián golpeó a Keidis con una fuerza atronadora, haciéndolo volar por el aire y caer con un ruido sordo sobre su cabeza…
“Demonios, acaba de matarlo…” pensó Jinn, cuando no vio respuesta del demonio cazador
Feline negaba con la cabeza, como si no pudiera creer que su oponente hubiera caído de una manera tan miserable-Que decepcionante…-
Se acercó a él, con ganas de burlarse un poco de su oponente caído e incitar al resto a hacerlo mejor…
Sin embargo, al llegar junto a él, Feline se sintió sorprendido cuando el cazador lo tomaba desprevenido y lo derribaba usando sus piernas, para luego soltar un golpe con su espada sobre la de el guardián, arrebatándosela de las manos, Keidis saltó para tomarla, pero justo antes de lograrlo, Feline tomó una pistola de la bolsa en su cinturón, y disparó al arma con el propósito de sacarla del alcance de Keidis, luego saltó y recuperó su espada…
-De verdad estás lleno de sorpresas… ¿Lo planeaste o solo improvisaste?-preguntó Feline, riendo entre dientes…
-Ya casi la tenía…-se dijo Keidis, recordando lo cerca que estuvo de tomar la espada, tenía que encontrar la manera de distraerlo…
-Pero bueno… prepárate, novato, porque ahora viene en serio…-Feline comenzó a atacar de nuevo, por extraño que parezca, el ataque de Feline había minado muy poco la capacidad de combate de su oponente, lo cual tenía perplejo al guardián, pero aún así, si Keidis no conseguía la espada, no podía terminar bien…
Para sorpresa de Keidis, la piel de su oponente empezó a perder su color normal, volviéndose completamente negra, como la de una pantera, y eso no fue lo peor, ya que en el momento en el que Feline logró tomar distancia, desapareció sin dejar rastro…
Keidis miró atentamente a todos lados, pero el camuflaje de su oponente era perfecto, no había un sonido que lo delatara, ni siquiera un rastro de su aroma, como si hubiera desaparecido de la faz de la tierra…
Justo en el momento, Keidis sintió un tremendo golpe en su espalda, estrellándole la cara con la pared, cuando se volteó a mirar, la piel de Feline había cambiado de nuevo, esta vez a un brillante pelaje dorado, como el de un león, Keidis se dio cuenta de que su fuerza había incrementado, y mucho, pero eso no sirvió como disuasivo, ya que le disparó y volvió a la carga. El guardián no solo se había vuelto más fuerte, sino también, más ágil. Feline dio una patada barrida que derribó al cazador, pero este despareció al caer y trató de golpear al guardián, este se movió a un lado, evitando por completo a Keidis, su piel volvió a ser la de un tigre cuando continuó hablando…
-Parece que ya entiendes de que se trata esto…-
-No puede ser tan difícil-replicó Keidis, quien ya planeaba algo para hacer que el guardián de las trece puertas soltara su espada y los dejara continuar…
-Lección número 2: No hagas conclusiones hasta que la pelea termine…-comentó Feline, volviendo al ataque contra Keidis, un duelo de espadas comenzó, aunque el cazador mostraba verdadera maestría y destreza al intentar quitarle su arma a Feline, este lograba contrarrestar todo lo que hacía, llevando a su oponente al borde de la desesperación, sin embargo, Keidis hizo su mejor esfuerzo por mantener la mente en su objetivo, solo así lograría ganar…
-¡Tormenta de Acero!-Keidis volvió a atacar rápidamente a Feline, pero este lo evadió sin problemas, se vio obligado a retroceder, sacar dos cuchillas de su cinturón y lanzarlas hacia el guardián, como era de esperarse, este las esquivó con toda facilidad…
-Me parece que ya te había dicho…-no terminó la frase, ya que escuchó un tintineo metálico detrás de él, y tuvo pocos segundos para esquivar las cuchillas de nuevo, dándole la espalda a Keidis, quien aprovechó la situación para golpear la espada del guardián de las trece puertas, lanzándola en el aire, el cazador se transportó en el aire para lograr reclamar su premio…
-“No sacar conclusiones hasta que la pelea termine”-citó Keidis, sonriendo intensamente-me parece que ya puedo hacerlo…-
El guardián evaluó la situación, se dio cuenta de que Keidis había usado los marcos de las puertas para hacer rebotar las cuchillas de vuelta y lograr distraerlo…
Feline sonrió con aprobación, mientras Jinn y Karen gritaban de la mera emoción, Arnes suspiró, aliviado de que el largo viaje fuera ya a terminar…
-No está mal, novato. Pueden pasar-dijo Feline, volviendo a sentarse en su escritorio, que de milagro no había sufrido daños, Keidis y los demás se acercaron a la puerta que ya les habían indicado, y se pusieron a averiguar como abrirla, mientras el guardián los observaba…
-¿Te molestaría venir a ayudar?-exigió Karen, quien ya estaba harta del infierno…
-La verdad, sí, me molestaría…-
-¿Cómo rayos se abre la puerta?-le preguntó Jinn, a lo que Feline respondió levantándose con hastío y sacando algo del escritorio…
-Estos turistas… nunca piden la llave…-se quejó Feline, mientras abría el cerrojo, la enorme puerta comenzó a abrirse, dejando ver su tan anhelado objetivo…
El Ojo del Infierno era una gran estructura, que llegaba hasta el techo de la oscura habitación en la que se encontraba, su color era negro, con una especie de bisagra en el centro que en realidad lo hacía parecer un ojo…
Keidis se acercó y dijo en voz alta…
-Muéstranos lo que nosotros no podemos ver…-
El Ojo comenzó a abrirse, brillando intensamente, todo por lo que habían luchado, las heridas, el dolor, las tragedias, todo eso cobraría sentido ahora…
-¿¡Pero que es esto!?-exclamó Karen…
-No es posible…-dijo Jinn, sintiendo su voz lejana a su cuerpo, Arnes apretó sus puños, al punto de causarse heridas en las manos, Keidis estaba boquiabierto, sin poder pronunciar una sola palabra, incluso Feline estaba sorprendido por la visión que ahora tenían…
El Ojo del Infierno estaba roto…
Última edición por Devil Arnes el Miér Jul 08, 2009 11:43 am, editado 1 vez (Razón : Error de numeración)
Jinn de helios- Cantidad de envíos : 59
Fecha de inscripción : 22/02/2008
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