capitulo 6: leyendas
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capitulo 6: leyendas
Arnes estaba conmocionado, parecía que todos aquí tenían la intención de matarlo, pero ella le seguía evocando esas visiones borrosas, que aunque le impedían enfocarse en el peligro que corría su vida, no lograba sacarlas de su cabeza.
Justo por eso es que estuvo a nada de perder la vida cuando una flecha se dirigió directo a su cabeza, y el tuvo milésimas de segundo para esquivarla.
¡Oye, espera, ¿por que me atacas?!-quiso saber Arnes, quien tenia la esperanza de razonar con ella, pero parecía no tener la menor intención de dialogar.
¡Cállate demonio! ¡Vas a volver por donde viniste!- ella tomó otra flecha dorada, que comenzó a brillar con una luz muy intensa- ¡Pulso estelar!
La flecha voló a mucha velocidad, por lo que a Arnes le costó mas trabajo esquivarla y derribó un árbol cercano, el pensó que aquel inexplicable rencor que sentía cuando la miraba a los ojos era mas bien un amago futurista.
¡Espera, no lo entiendo!, ¿por que haces esto?- decía Arnes, cada vez mas desesperado para entender lo que pasaba- no mereces explicación, maldito invasor, ¿acaso olvidas lo que pasó?
¿De que hablas?- Arnes estaba mareándose, perdiendo la noción de lo que pasaba, no podía pensar con claridad entre lo que decía el ángel y esas visiones de batallas que nublaban su vista.
La chica parecía tener más y más prisa por acabar con Arnes, lanzando flechas por todo el lugar, y Arnes, aunque no se le hacía fácil, se las arreglaba para sobrevivir en ese ataque… pero había algo mas, las visiones se hacían más recurrentes conforme avanzaba el tiempo, y Arnes estaba pasando un muy mal rato, si tan solo pudiera tener esas espadas invisibles en sus manos, podría defenderse de ella, pero no tenía oportunidad así…
Ella disparó una vez más, y esta vez la flecha se clavó en el hombro de Arnes… pero el parecía indiferente, y entonces el temor se apoderó de los ojos de la chica…
Arnes estaba sonriendo…
Levantó una mano y cuando tocó la flecha en su hombro, esta lanzó chispas, la arrancó y levantó la mirada.
El infierno…
La chica, nerviosa, pero no intimidada, tomó otra flecha y apuntó…
Cuando disparó, Arnes solo hizo un movimiento… la flecha chocó con un objeto largo y plano, emitiendo chispas al salir desviada hacia arriba y caer al suelo, había sido bloqueada por una espada invisible, que Arnes sostenía mientras esbozaba una sonrisa demente.
¿Qué te pasa, no me recuerdas, Kayleena?- dijo Arnes, mirándola con esas llamas que tenía en los ojos. Kayleena y Arnes tenian historia, pero el final era…
Claro que si, lo que mas recuerdo, es que eres un lunático bastardo- le dijo Kayleena, el arremetió contra la chica, con una rápida secuencia de movimientos que rebanaban el aire, pero ella saltó hacia arriba y tomó otra flecha, que comenzó a brillar.
¡Pulso estelar!- la flecha viajó en picada a una gran velocidad, pero Arnes se movió y saltó.
Su apariencia no había cambiado mucho, el mismo cabello negro hasta la cintura, el mismo tono de piel, solo sus ojos habían cambiado, y algo mas… unas alas negras, como las de un murciélago, que le sostenían en el aire, y que le ayudaron a lanzarse contra Kayleena con arrolladora rapidez.
Ella detuvo los ataques con su arco, ambos se movían rápidamente, el arco de Kayleena tenía un filo dorado, que trataba de usar para quitarse de encima a Arnes y tomar distancia.
En un momento dado, ambos golpearon con toda su fuerza, el impacto los hizo retroceder unos metros, pero entonces se lanzaron de nuevo el uno contra el otro, y entonces… se detuvieron.
Pero no por una razón cualquiera, ambos tiraron sus armas, y cayeron al suelo.
Ambos veían lo mismo, pero claro que no lo notaban, había una pelea, y esta vez los contendientes eran visibles… eran ellos, peleando fieramente, en un momento dado, Arnes cayó al suelo, frente al filo del arco de Kayleena y entonces…
Ambos despertaron, un par de metros alejados del otro, en sus formas humanas, Arnes la miró, desconcertado, y ella le devolvió la mirada.
Espera- dijo Arnes- ¿Quién eres?- ella solo le dio la espalda y se fue, aunque Arnes trató de seguirla (después de superar su desconcierto), pero ella había desaparecido. Arnes miró al cielo y quiso saber porque su vida de repente era tan rara, luego salió hacia su apartamento, haciendo caso omiso de las risas de los zoquetes que por ahí pasaban, burlándose de sus rasgadas ropas y su apariencia- nunca creí que llegaría a considerarlos tan ignorantes.
Mientras tanto, Jinn y Karen habían estado hablando lo que sabían del demonio Jinn Keylix, hay que aclarar que ninguno de ellos sentía atracción alguna por el otro, ella estaba enfocada directamente en eliminar al demonio, y el bloqueaba incluso el sentimiento de amistad hacia cualquier persona, a riesgo de dañarla.
¿Por qué no tienes ningún amigo o algo así? Después de todo eres muy simpático- dijo Karen, tratando lo mejor posible de acceder a algún dato útil de la manera menos directa posible, para no abrir las viejas heridas del chico, el sonrío de nuevo, pero sus ojos revelaban sus verdaderos sentimientos, Karen siempre era demasiado directa, y no podía evitarlo.
Pasó hace un año, después de que salí del orfanato en el que estuve al ser asesinados mis padres… -Jinn escupió las palabras como si fueran demasiado amargas- me dieron acceso a los fondos de mi familia, (son suficientes, de momento, gracias) y entré a una escuela en otro estado, (no diré cual, por las dudas)… y entonces la conocí…-de nuevo se detuvo, esta vez a punto de soltar toda la desesperación que había sentido, pero logro controlarse, Karen escuchaba con atención y paciencia, buscando el punto débil en ese monstruo que había destruido la vida del chico- se llamaba Lila Arthariz, era muy bella y me enamoré de inmediato, ella también y estuvimos juntos y felices durante un tiempo, por alguna razón que desconozco, el demonio me hablaba, exigiendo que me alejara de ella… tal vez hubiera sido lo mejor… y entonces…-Jinn hacia lo posible por contar la historia, pero ella le dijo que no siguiera, tanto para que la cordura del chico no se desmoronara como por que ella sabía lo que había sucedido después, en un precipitado movimiento, que atrajo la atención de los ángeles, el demonio había asesinado a Lila.
Lo único que quiero saber es porque este monstruo tuvo que…-Jinn hizo lo que pudo para sonreír de nuevo, y aunque su gesto fue muy cálido, para Karen solo era una muestra mas de la melancolía del chico.
Creo que…- empezó Karen, pero se calló por que había sentido de nuevo un sofocante calor en el ambiente, Jinn también sintió al demonio, una presencia familiar.
Ante ellos había aparecido el demonio cazador.
¿Que es lo que quieres?- dijo ella, desafiante, mientras se transformaba y empuñaba su alabarda, Jinn activó sus espadas de fuego y se puso en guardia.
¡Esperen, no vengo a pelear!- Keidis dijo- ¡nada de eso!- le dijo Jinn, lastimado por sus experiencias que le habían enseñado a no confiar en ningún demonio, ni siquiera a la voz en su cabeza.
Jinn trató de cortarlo con sus espadas, pero Keidis empuño la suya propia y se defendió. ¡Ya veras cuando corte esa espada a la mitad!- amenazó Jinn-no puedes cortar la Silver Wing, nadie ha podido- dijo Keidis, llevado por su orgullosa personalidad- de todos modos, ya te dije que no vine a pelear- dijo Keidis mientras bloqueaba el siguiente ataque. Karen no se había movido, y de hecho esperaba que Jinn tampoco lo hiciera, pero el chico estaba muy nervioso por recordar los horrores de su vida, ella esperaba a que el se cansara de atacar para escuchar lo que el demonio tenía que decir.
Keidis fue repelido por la fuerza del ataque de Jinn, entonces el levanto las manos hacia el cielo y el resplandor del sol pareció ir hacia ellas.- ¡llamas de fénix!
Apuntó sus manos hacia Keidis y una gigantesca llamarada salió disparada hacia el demonio… pero entonces chocó contra la alabarda de Karen.
¿¡Ahora que pasa!? ¿¡Porque lo proteges!?- gritó Jinn, con una furia poco natural en el- ya es suficiente, estas dejando que tu odio nuble tu juicio- Jinn y Keidis la miraron con desconcierto (en especial este ultimo), pero el chico se tranquilizó ya que sabia que ella tenía la razón.
Ahora- exigió Karen- di lo que tienes que decir antes de que cambie de opinión. –Keidis envainó su espada y les contó lo que sabia acerca de la profecía y los planes de Lucifer, lo del guardián del infierno y el motivo de que haya querido asesinarlos.
¿Cómo podemos creerte?-dijo Jinn, quien no podía evitar desconfiar del demonio- de hecho es natural que no confíen en mí, pero piénsenlo- dijo Keidis mientras se volteaba para irse, pero Karen notó algo.- ¡espera! ¿Que es eso pegado en tu espalda?- dijo ella y tomó un pedazo de papel de la espalda de Keidis.
¿Qué es eso?- cuestionó Jinn, todos se inclinaron para ver el papel doblado que Karen sostenía, ella lo desdobló y todos vieron un pequeño garabato de Keidis dibujado.
¡Jajajajaja!- Jinn y Karen no pudieron contener la risa, y Keidis se puso rojo de furia hasta que vio unas pequeñas letras al fondo del papel.
“dice la verdad. Atentamente: tu buen amigo Feline Pantaro”- leyó Karen- ¿Cómo sabemos que no lo hizo el? (aparte del dibujo claro)- dijo Jinn con sospecha, pero Karen le iluminó- yo conozco al guardián de los infiernos, es un demente, esto es muy de su estilo.
¿Y ahora que?- dijo Jinn- encontrar a los otros dos guardianes y detener a Lucifer- opinó Karen, y Keidis recordó algo útil- yo conozco a otro de los guardianes, también era uno de mis objetivos.
Bien- dijo Jinn- solo espero que no sea otro demonio.
Justo por eso es que estuvo a nada de perder la vida cuando una flecha se dirigió directo a su cabeza, y el tuvo milésimas de segundo para esquivarla.
¡Oye, espera, ¿por que me atacas?!-quiso saber Arnes, quien tenia la esperanza de razonar con ella, pero parecía no tener la menor intención de dialogar.
¡Cállate demonio! ¡Vas a volver por donde viniste!- ella tomó otra flecha dorada, que comenzó a brillar con una luz muy intensa- ¡Pulso estelar!
La flecha voló a mucha velocidad, por lo que a Arnes le costó mas trabajo esquivarla y derribó un árbol cercano, el pensó que aquel inexplicable rencor que sentía cuando la miraba a los ojos era mas bien un amago futurista.
¡Espera, no lo entiendo!, ¿por que haces esto?- decía Arnes, cada vez mas desesperado para entender lo que pasaba- no mereces explicación, maldito invasor, ¿acaso olvidas lo que pasó?
¿De que hablas?- Arnes estaba mareándose, perdiendo la noción de lo que pasaba, no podía pensar con claridad entre lo que decía el ángel y esas visiones de batallas que nublaban su vista.
La chica parecía tener más y más prisa por acabar con Arnes, lanzando flechas por todo el lugar, y Arnes, aunque no se le hacía fácil, se las arreglaba para sobrevivir en ese ataque… pero había algo mas, las visiones se hacían más recurrentes conforme avanzaba el tiempo, y Arnes estaba pasando un muy mal rato, si tan solo pudiera tener esas espadas invisibles en sus manos, podría defenderse de ella, pero no tenía oportunidad así…
Ella disparó una vez más, y esta vez la flecha se clavó en el hombro de Arnes… pero el parecía indiferente, y entonces el temor se apoderó de los ojos de la chica…
Arnes estaba sonriendo…
Levantó una mano y cuando tocó la flecha en su hombro, esta lanzó chispas, la arrancó y levantó la mirada.
El infierno…
La chica, nerviosa, pero no intimidada, tomó otra flecha y apuntó…
Cuando disparó, Arnes solo hizo un movimiento… la flecha chocó con un objeto largo y plano, emitiendo chispas al salir desviada hacia arriba y caer al suelo, había sido bloqueada por una espada invisible, que Arnes sostenía mientras esbozaba una sonrisa demente.
¿Qué te pasa, no me recuerdas, Kayleena?- dijo Arnes, mirándola con esas llamas que tenía en los ojos. Kayleena y Arnes tenian historia, pero el final era…
Claro que si, lo que mas recuerdo, es que eres un lunático bastardo- le dijo Kayleena, el arremetió contra la chica, con una rápida secuencia de movimientos que rebanaban el aire, pero ella saltó hacia arriba y tomó otra flecha, que comenzó a brillar.
¡Pulso estelar!- la flecha viajó en picada a una gran velocidad, pero Arnes se movió y saltó.
Su apariencia no había cambiado mucho, el mismo cabello negro hasta la cintura, el mismo tono de piel, solo sus ojos habían cambiado, y algo mas… unas alas negras, como las de un murciélago, que le sostenían en el aire, y que le ayudaron a lanzarse contra Kayleena con arrolladora rapidez.
Ella detuvo los ataques con su arco, ambos se movían rápidamente, el arco de Kayleena tenía un filo dorado, que trataba de usar para quitarse de encima a Arnes y tomar distancia.
En un momento dado, ambos golpearon con toda su fuerza, el impacto los hizo retroceder unos metros, pero entonces se lanzaron de nuevo el uno contra el otro, y entonces… se detuvieron.
Pero no por una razón cualquiera, ambos tiraron sus armas, y cayeron al suelo.
Ambos veían lo mismo, pero claro que no lo notaban, había una pelea, y esta vez los contendientes eran visibles… eran ellos, peleando fieramente, en un momento dado, Arnes cayó al suelo, frente al filo del arco de Kayleena y entonces…
Ambos despertaron, un par de metros alejados del otro, en sus formas humanas, Arnes la miró, desconcertado, y ella le devolvió la mirada.
Espera- dijo Arnes- ¿Quién eres?- ella solo le dio la espalda y se fue, aunque Arnes trató de seguirla (después de superar su desconcierto), pero ella había desaparecido. Arnes miró al cielo y quiso saber porque su vida de repente era tan rara, luego salió hacia su apartamento, haciendo caso omiso de las risas de los zoquetes que por ahí pasaban, burlándose de sus rasgadas ropas y su apariencia- nunca creí que llegaría a considerarlos tan ignorantes.
Mientras tanto, Jinn y Karen habían estado hablando lo que sabían del demonio Jinn Keylix, hay que aclarar que ninguno de ellos sentía atracción alguna por el otro, ella estaba enfocada directamente en eliminar al demonio, y el bloqueaba incluso el sentimiento de amistad hacia cualquier persona, a riesgo de dañarla.
¿Por qué no tienes ningún amigo o algo así? Después de todo eres muy simpático- dijo Karen, tratando lo mejor posible de acceder a algún dato útil de la manera menos directa posible, para no abrir las viejas heridas del chico, el sonrío de nuevo, pero sus ojos revelaban sus verdaderos sentimientos, Karen siempre era demasiado directa, y no podía evitarlo.
Pasó hace un año, después de que salí del orfanato en el que estuve al ser asesinados mis padres… -Jinn escupió las palabras como si fueran demasiado amargas- me dieron acceso a los fondos de mi familia, (son suficientes, de momento, gracias) y entré a una escuela en otro estado, (no diré cual, por las dudas)… y entonces la conocí…-de nuevo se detuvo, esta vez a punto de soltar toda la desesperación que había sentido, pero logro controlarse, Karen escuchaba con atención y paciencia, buscando el punto débil en ese monstruo que había destruido la vida del chico- se llamaba Lila Arthariz, era muy bella y me enamoré de inmediato, ella también y estuvimos juntos y felices durante un tiempo, por alguna razón que desconozco, el demonio me hablaba, exigiendo que me alejara de ella… tal vez hubiera sido lo mejor… y entonces…-Jinn hacia lo posible por contar la historia, pero ella le dijo que no siguiera, tanto para que la cordura del chico no se desmoronara como por que ella sabía lo que había sucedido después, en un precipitado movimiento, que atrajo la atención de los ángeles, el demonio había asesinado a Lila.
Lo único que quiero saber es porque este monstruo tuvo que…-Jinn hizo lo que pudo para sonreír de nuevo, y aunque su gesto fue muy cálido, para Karen solo era una muestra mas de la melancolía del chico.
Creo que…- empezó Karen, pero se calló por que había sentido de nuevo un sofocante calor en el ambiente, Jinn también sintió al demonio, una presencia familiar.
Ante ellos había aparecido el demonio cazador.
¿Que es lo que quieres?- dijo ella, desafiante, mientras se transformaba y empuñaba su alabarda, Jinn activó sus espadas de fuego y se puso en guardia.
¡Esperen, no vengo a pelear!- Keidis dijo- ¡nada de eso!- le dijo Jinn, lastimado por sus experiencias que le habían enseñado a no confiar en ningún demonio, ni siquiera a la voz en su cabeza.
Jinn trató de cortarlo con sus espadas, pero Keidis empuño la suya propia y se defendió. ¡Ya veras cuando corte esa espada a la mitad!- amenazó Jinn-no puedes cortar la Silver Wing, nadie ha podido- dijo Keidis, llevado por su orgullosa personalidad- de todos modos, ya te dije que no vine a pelear- dijo Keidis mientras bloqueaba el siguiente ataque. Karen no se había movido, y de hecho esperaba que Jinn tampoco lo hiciera, pero el chico estaba muy nervioso por recordar los horrores de su vida, ella esperaba a que el se cansara de atacar para escuchar lo que el demonio tenía que decir.
Keidis fue repelido por la fuerza del ataque de Jinn, entonces el levanto las manos hacia el cielo y el resplandor del sol pareció ir hacia ellas.- ¡llamas de fénix!
Apuntó sus manos hacia Keidis y una gigantesca llamarada salió disparada hacia el demonio… pero entonces chocó contra la alabarda de Karen.
¿¡Ahora que pasa!? ¿¡Porque lo proteges!?- gritó Jinn, con una furia poco natural en el- ya es suficiente, estas dejando que tu odio nuble tu juicio- Jinn y Keidis la miraron con desconcierto (en especial este ultimo), pero el chico se tranquilizó ya que sabia que ella tenía la razón.
Ahora- exigió Karen- di lo que tienes que decir antes de que cambie de opinión. –Keidis envainó su espada y les contó lo que sabia acerca de la profecía y los planes de Lucifer, lo del guardián del infierno y el motivo de que haya querido asesinarlos.
¿Cómo podemos creerte?-dijo Jinn, quien no podía evitar desconfiar del demonio- de hecho es natural que no confíen en mí, pero piénsenlo- dijo Keidis mientras se volteaba para irse, pero Karen notó algo.- ¡espera! ¿Que es eso pegado en tu espalda?- dijo ella y tomó un pedazo de papel de la espalda de Keidis.
¿Qué es eso?- cuestionó Jinn, todos se inclinaron para ver el papel doblado que Karen sostenía, ella lo desdobló y todos vieron un pequeño garabato de Keidis dibujado.
¡Jajajajaja!- Jinn y Karen no pudieron contener la risa, y Keidis se puso rojo de furia hasta que vio unas pequeñas letras al fondo del papel.
“dice la verdad. Atentamente: tu buen amigo Feline Pantaro”- leyó Karen- ¿Cómo sabemos que no lo hizo el? (aparte del dibujo claro)- dijo Jinn con sospecha, pero Karen le iluminó- yo conozco al guardián de los infiernos, es un demente, esto es muy de su estilo.
¿Y ahora que?- dijo Jinn- encontrar a los otros dos guardianes y detener a Lucifer- opinó Karen, y Keidis recordó algo útil- yo conozco a otro de los guardianes, también era uno de mis objetivos.
Bien- dijo Jinn- solo espero que no sea otro demonio.
Jinn de helios- Cantidad de envíos : 59
Fecha de inscripción : 22/02/2008
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