capitulo 12: Asesino
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capitulo 12: Asesino
Los chicos estaban impactados por la identidad de su nuevo oponente, Caín los miraba con una expresión siniestra, desencajada por la edad de sus rasgos, “el primer asesino”, pensó Jinn, “uno de los primeros demonios, no nos va a ser fácil”
Si lo atacamos todos juntos, podemos ganarle- dijo Arnes, pero Karen le dijo- no, yo lo enfrentaré sola.
¿Pero como se te ocurre eso? ¿No ves que no es un demonio cualquiera? Podemos ganarle todos…-quiso decir Arnes, pero ella le replicó- si vamos todos juntos, aunque le ganemos estaremos exhaustos, pelear uno a uno es la mejor forma de reservar energía.
Pero…-siguió Keidis, pero ella insistía- se que tenemos una menor oportunidad, pero es la mejor manera de pasar al noveno círculo.
Todos se resignaron, ella tenía razón, pero le advirtieron que si la pelea empezaba a ponerse mal, ellos harían lo posible por ayudarla.
Entonces pelearemos de uno por uno- dijo Keidis-suena interesante.
Karen desenfundó su alabarda y se puso en guardia, Caín avanzó unos pasos, preparado para pelear, las corrientes de aire eran atronadoras a esa distancia, y la presión de la pelea se sentía sobre todos, excepto por el demonio, ya que su expresión tenía una arrogancia infantil, pero su mirada carmín era la de alguien con toda su edad, en un momento dado, los dos se movieron con la velocidad de la luz, lanzando ataques con velocidad y destreza, pero mientras la pelea avanzaba, Karen tenía problemas para seguir el ritmo de Caín, y pronto estaba esquivando la lanza por muy poca distancia, Karen tomó su espacio, estaba cubierta de rasguños, pero Caín no tenía una marca, y tampoco se le había agotado la energía, a diferencia de ella, quien se había cansado rápidamente por el ultimo asalto, y todavía no había acabado.
Que mal-dijo Caín, con esa voz infantil y siniestra- pensé que sería mas emocionante, pero no lo fue, no como el primer asesinato… pasó a la historia ¿eh?, pero por desgracia, ya es hora de acabar con esto.
Caín levantó su lanza al cielo, y empezó a girarla con su mano, tan rápido que despedía fuertes vientos, que hicieron perder el equilibrio por un momento a Karen, la lanza giraba tan rápido que formó un tornado sobre la mano de Caín.
¡Giro de Navajas!-el tornado se dirigía a Karen a aterradora velocidad, y aunque trató de salir de su camino y aferrarse al piso, la fuerte corriente arrancó la alabarda del piso junto con ella, sus compañeros miraban, sorprendidos e impotentes ante la fuerza del tornado, justamente lo que habían querido evitar al llegar a esa área, ahora Karen lo sentía, girando a tremenda velocidad hasta llegar al ojo del huracán, donde quedó suspendida en el aire, mientras los rasguños se incrementaban en su piel.
Karen cayó al suelo, sangrando mucho y sin sentido, Jinn no podía creer lo que veía, Arnes cerró fuertemente los puños, sin que su ira se reflejara en su rostro, y Keidis estaba aterrado por el poder de Caín.
El demonio sonrió como si fuera un niño que recibe un regalo, le daba una apariencia aterradora, siniestra, como si el verdadero monstruo estuviera dentro del cuerpo de ese infante.
¡Fuego Celeste!- Jinn le lanzó enormes columnas de fuego al demonio que había destruido a una amiga y consejera, pero la lanza de Caín giró y las detuvo sin problemas, Jinn lo miró con odio renovado, el vengaría lo que ese…
Pero entonces algo pasó… algo que incluso a Caín le sorprendió, Karen había aparecido delante de Caín, y le atacó con tiempo apenas suficiente para que este bloqueara el ataque, cosa que hizo que sus pies se barrieran por el piso unos metros hacia atrás, y para cuando logró incorporarse, no pudo evadir lo que a eso siguió.
¡Brillo Celestial!- un rayo de luz salió disparado de la mano de Karen, con una fuerza arrasadora, el ataque golpeó a Caín.
Karen estaba cansada, sus heridas sangraban y una de sus alas se veía en un ángulo poco natural, pero sonreía como sus compañeros nunca le habían visto sonreír, estaban realmente impresionados con lo que acababa de hacer, pero la lucha estaba lejos de terminar…
Caín apareció de entre el polvo levantado por Karen, la sorpresa estaba reflejada en su rostro eternamente infantil, y sus ojos miraban con el odio de mil generaciones de guerras.
¡No creas que eso será suficiente! ¡TE TOMARÁ MUCHO MÁS QUE ESO!- realmente se veía enojado, pero solo como un niño tendría una rabieta, Jinn se preguntó si se habría molestado de esa manera antes de golpear la cabeza de su hermano con una roca…
Karen no se inmutó en lo mas mínimo ante la amenaza de su oponente, había algo muy distinto en ella, algo que no iba con su personalidad seria en las batallas, algo…
En sus ojos…
Karen volteó un momento a ver a sus compañeros, y todos ellos se estremecieron ante la mirada que lanzó hacía ellos, en lugar de el tono azulado único que los ángeles tienen por naturaleza, sus ojos estaban matizados en una espiral entre gris brillante y azul claro, su mirar era increíblemente amenazador, Keidis no recordaba haber visto algo tan aterrador en los ojos de un ángel.
No se preocupen-dijo ella, tan tranquilamente como si estuviera en un dia de campo soleado- yo me encargaré de todo.
Ahora Caín estaba realmente furioso, todos se dieron cuenta de que tenía una tendencia a molestarse al ser tomado a la ligera, pero claro que eso se adivinaba desde un principio, su expresión se había distorsionado por el enfado, haciéndole ver mucho mayor de lo que normalmente, finalmente, soltó un grito salvaje, y desplegó sus alas para ir a parar en uno de los tornados.
¡AHORA VERAS LO QUE SUCEDE POR SUBESTIMARME!- gritó con una voz equiparable a la del atronador sonido del viento-¡Anima del viento!
Caín aleteó en dirección hacía Karen, mientras más lo hacía, más aumentaba la velocidad del viento en ese tornado, hasta que con un golpe de su lanza, el viento salió disparado hacía Karen, con una rapidez que a todos les costó seguir, chocando contra la puerta infernal, y llevándose a Karen con el.
Caín se reía socarronamente mientras sostenía el alma del viento en el pequeño tornado que formaba su lanza, en cuanto la soltó, el tornado volvió a su lugar de origen.
¡Jajajaja!- se burló el demonio. Una risa macabramente infantil y fuera de este mundo. Al escucharla Jinn sintió algo más que miedo, pensó en correr, pero sabía que no serviría de nada, pensó en esconderse, pero tampoco serviría, se vio sin salida y fue presa del pánico de tal forma que se dejo caer de rodillas con las manos sobre los oídos y una mirada desencajada en el rostro. Se sentía tan aterrado como aquel dia en que se vio ante un mar carmín manando de sus padres.
Pero el regocijo triunfante del demonio fue realmente breve, ya que después su cara se distorsionó en una mueca que alguien haría solo cuando se toma un muy amargo trago, pues ante sus ojos se alzaba Karen, con ambas alas extendidas (aunque una de ellas sangraba), volando sobre el lugar en el que el azote del viento estuvo a punto de hacerla pedazos, sonriendo y mirando a Caín con esos penetrantes ojos.
Jinn se recuperó de su ataque de pánico de tal manera que estuvo a punto de gritar, Keidis sonrío bajo la mascara que le cubría, ocultando la alegría y el alivio que había sentido, y Arnes guardó sus katanas, que había desenfundado sin darse cuenta, preparándose para ser el siguiente en pelear.
Caín cambió su habitual semblante infantil por un terror autentico y paralizante, mostrado en sus ojos de tal manera que el brillo ardiente en ellos flaqueó casi hasta desaparecer, no parecía concebible que tuviera la habilidad para esquivar su ataque y menos aún con la gravedad de sus heridas, el pánico se apoderó por completo de sus pensamientos.
¡Aléjate de mí!- le ordenó. Hasta hace un momento era una pesadilla aullando como un lobo en el viento, pero ahora se mostraba como lo que era y había sido desde que cometió el crimen que lo transformó en demonio. Karen sonrió despiadadamente, cosa que aterrorizó más a sus compañeros que el poder que habían presenciado de parte del infante asesino.
Ella se acercó lentamente, mientras Caín tenía el impulso de escapar, pero todas sus extremidades estaban petrificadas, aquella visión de un ángel que todos habían tenido se opacaba mientras se acercaba al demonio, este le lanzó un golpe con su lanza, pero quedó muy sorprendido al ver que la alabarda de Karen cortaba por la mitad su arma, en ese momento, el demonio perdió completamente la esperanza, pero ella enfundó la suya y miró con desdén a su oponente, para sorpresa de todos ahí.
No vales la pena en lo absoluto- le espetó ella, mientras se volteaba hacía la puerta infernal- solo mantente fuera de nuestro camino y no te pasará nada.
Todos sus compañeros la siguieron, atónitos ante su despliegue de habilidad, y sabiendo que tal vez su viaje podía terminar mejor de lo que esperaban.
Caín había caído al suelo, apoyado en sus rodillas y sus codos, soltando golpes al árido suelo, la única razón por la que no lloraba es porque los demonios no tienen lagrimas, ella le había humillado, a el, que había obtenido un poder mas allá de los limites, mejor que cualquiera, y ella le había humillado con facilidad, sin ningún problema, igual que… que su hermano…
Sin pensarlo dos veces, el demonio se lanzó contra Karen, con toda la intención de atacarla a mordidas de ser necesario, pero ella fue mucho mas rápida, desenfundó y le golpeó el estomago con el mango de su alabarda, con tal fuerza que salió volando hacia uno de los torbellinos, y sin su lanza, no tenía la capacidad de controlar al demonio en el viento.
El demonio Caín gritó de forma desgarradora, hasta que sus gritos se fundieron con los del viento y se perdieron al fin.
Incluso Arnes tenía el rostro marcado por la sorpresa y el horror, se dirigieron hacia ella, pero solo caminó hacia la puerta infernal, indicando que la siguieran, casi como si hubiera leído la mente de ellos, dijo- ¡Ja! Se creyó inmune. Tomó más de un nuevo testamento, pero al fin tiene lo que merece.
Si lo atacamos todos juntos, podemos ganarle- dijo Arnes, pero Karen le dijo- no, yo lo enfrentaré sola.
¿Pero como se te ocurre eso? ¿No ves que no es un demonio cualquiera? Podemos ganarle todos…-quiso decir Arnes, pero ella le replicó- si vamos todos juntos, aunque le ganemos estaremos exhaustos, pelear uno a uno es la mejor forma de reservar energía.
Pero…-siguió Keidis, pero ella insistía- se que tenemos una menor oportunidad, pero es la mejor manera de pasar al noveno círculo.
Todos se resignaron, ella tenía razón, pero le advirtieron que si la pelea empezaba a ponerse mal, ellos harían lo posible por ayudarla.
Entonces pelearemos de uno por uno- dijo Keidis-suena interesante.
Karen desenfundó su alabarda y se puso en guardia, Caín avanzó unos pasos, preparado para pelear, las corrientes de aire eran atronadoras a esa distancia, y la presión de la pelea se sentía sobre todos, excepto por el demonio, ya que su expresión tenía una arrogancia infantil, pero su mirada carmín era la de alguien con toda su edad, en un momento dado, los dos se movieron con la velocidad de la luz, lanzando ataques con velocidad y destreza, pero mientras la pelea avanzaba, Karen tenía problemas para seguir el ritmo de Caín, y pronto estaba esquivando la lanza por muy poca distancia, Karen tomó su espacio, estaba cubierta de rasguños, pero Caín no tenía una marca, y tampoco se le había agotado la energía, a diferencia de ella, quien se había cansado rápidamente por el ultimo asalto, y todavía no había acabado.
Que mal-dijo Caín, con esa voz infantil y siniestra- pensé que sería mas emocionante, pero no lo fue, no como el primer asesinato… pasó a la historia ¿eh?, pero por desgracia, ya es hora de acabar con esto.
Caín levantó su lanza al cielo, y empezó a girarla con su mano, tan rápido que despedía fuertes vientos, que hicieron perder el equilibrio por un momento a Karen, la lanza giraba tan rápido que formó un tornado sobre la mano de Caín.
¡Giro de Navajas!-el tornado se dirigía a Karen a aterradora velocidad, y aunque trató de salir de su camino y aferrarse al piso, la fuerte corriente arrancó la alabarda del piso junto con ella, sus compañeros miraban, sorprendidos e impotentes ante la fuerza del tornado, justamente lo que habían querido evitar al llegar a esa área, ahora Karen lo sentía, girando a tremenda velocidad hasta llegar al ojo del huracán, donde quedó suspendida en el aire, mientras los rasguños se incrementaban en su piel.
Karen cayó al suelo, sangrando mucho y sin sentido, Jinn no podía creer lo que veía, Arnes cerró fuertemente los puños, sin que su ira se reflejara en su rostro, y Keidis estaba aterrado por el poder de Caín.
El demonio sonrió como si fuera un niño que recibe un regalo, le daba una apariencia aterradora, siniestra, como si el verdadero monstruo estuviera dentro del cuerpo de ese infante.
¡Fuego Celeste!- Jinn le lanzó enormes columnas de fuego al demonio que había destruido a una amiga y consejera, pero la lanza de Caín giró y las detuvo sin problemas, Jinn lo miró con odio renovado, el vengaría lo que ese…
Pero entonces algo pasó… algo que incluso a Caín le sorprendió, Karen había aparecido delante de Caín, y le atacó con tiempo apenas suficiente para que este bloqueara el ataque, cosa que hizo que sus pies se barrieran por el piso unos metros hacia atrás, y para cuando logró incorporarse, no pudo evadir lo que a eso siguió.
¡Brillo Celestial!- un rayo de luz salió disparado de la mano de Karen, con una fuerza arrasadora, el ataque golpeó a Caín.
Karen estaba cansada, sus heridas sangraban y una de sus alas se veía en un ángulo poco natural, pero sonreía como sus compañeros nunca le habían visto sonreír, estaban realmente impresionados con lo que acababa de hacer, pero la lucha estaba lejos de terminar…
Caín apareció de entre el polvo levantado por Karen, la sorpresa estaba reflejada en su rostro eternamente infantil, y sus ojos miraban con el odio de mil generaciones de guerras.
¡No creas que eso será suficiente! ¡TE TOMARÁ MUCHO MÁS QUE ESO!- realmente se veía enojado, pero solo como un niño tendría una rabieta, Jinn se preguntó si se habría molestado de esa manera antes de golpear la cabeza de su hermano con una roca…
Karen no se inmutó en lo mas mínimo ante la amenaza de su oponente, había algo muy distinto en ella, algo que no iba con su personalidad seria en las batallas, algo…
En sus ojos…
Karen volteó un momento a ver a sus compañeros, y todos ellos se estremecieron ante la mirada que lanzó hacía ellos, en lugar de el tono azulado único que los ángeles tienen por naturaleza, sus ojos estaban matizados en una espiral entre gris brillante y azul claro, su mirar era increíblemente amenazador, Keidis no recordaba haber visto algo tan aterrador en los ojos de un ángel.
No se preocupen-dijo ella, tan tranquilamente como si estuviera en un dia de campo soleado- yo me encargaré de todo.
Ahora Caín estaba realmente furioso, todos se dieron cuenta de que tenía una tendencia a molestarse al ser tomado a la ligera, pero claro que eso se adivinaba desde un principio, su expresión se había distorsionado por el enfado, haciéndole ver mucho mayor de lo que normalmente, finalmente, soltó un grito salvaje, y desplegó sus alas para ir a parar en uno de los tornados.
¡AHORA VERAS LO QUE SUCEDE POR SUBESTIMARME!- gritó con una voz equiparable a la del atronador sonido del viento-¡Anima del viento!
Caín aleteó en dirección hacía Karen, mientras más lo hacía, más aumentaba la velocidad del viento en ese tornado, hasta que con un golpe de su lanza, el viento salió disparado hacía Karen, con una rapidez que a todos les costó seguir, chocando contra la puerta infernal, y llevándose a Karen con el.
Caín se reía socarronamente mientras sostenía el alma del viento en el pequeño tornado que formaba su lanza, en cuanto la soltó, el tornado volvió a su lugar de origen.
¡Jajajaja!- se burló el demonio. Una risa macabramente infantil y fuera de este mundo. Al escucharla Jinn sintió algo más que miedo, pensó en correr, pero sabía que no serviría de nada, pensó en esconderse, pero tampoco serviría, se vio sin salida y fue presa del pánico de tal forma que se dejo caer de rodillas con las manos sobre los oídos y una mirada desencajada en el rostro. Se sentía tan aterrado como aquel dia en que se vio ante un mar carmín manando de sus padres.
Pero el regocijo triunfante del demonio fue realmente breve, ya que después su cara se distorsionó en una mueca que alguien haría solo cuando se toma un muy amargo trago, pues ante sus ojos se alzaba Karen, con ambas alas extendidas (aunque una de ellas sangraba), volando sobre el lugar en el que el azote del viento estuvo a punto de hacerla pedazos, sonriendo y mirando a Caín con esos penetrantes ojos.
Jinn se recuperó de su ataque de pánico de tal manera que estuvo a punto de gritar, Keidis sonrío bajo la mascara que le cubría, ocultando la alegría y el alivio que había sentido, y Arnes guardó sus katanas, que había desenfundado sin darse cuenta, preparándose para ser el siguiente en pelear.
Caín cambió su habitual semblante infantil por un terror autentico y paralizante, mostrado en sus ojos de tal manera que el brillo ardiente en ellos flaqueó casi hasta desaparecer, no parecía concebible que tuviera la habilidad para esquivar su ataque y menos aún con la gravedad de sus heridas, el pánico se apoderó por completo de sus pensamientos.
¡Aléjate de mí!- le ordenó. Hasta hace un momento era una pesadilla aullando como un lobo en el viento, pero ahora se mostraba como lo que era y había sido desde que cometió el crimen que lo transformó en demonio. Karen sonrió despiadadamente, cosa que aterrorizó más a sus compañeros que el poder que habían presenciado de parte del infante asesino.
Ella se acercó lentamente, mientras Caín tenía el impulso de escapar, pero todas sus extremidades estaban petrificadas, aquella visión de un ángel que todos habían tenido se opacaba mientras se acercaba al demonio, este le lanzó un golpe con su lanza, pero quedó muy sorprendido al ver que la alabarda de Karen cortaba por la mitad su arma, en ese momento, el demonio perdió completamente la esperanza, pero ella enfundó la suya y miró con desdén a su oponente, para sorpresa de todos ahí.
No vales la pena en lo absoluto- le espetó ella, mientras se volteaba hacía la puerta infernal- solo mantente fuera de nuestro camino y no te pasará nada.
Todos sus compañeros la siguieron, atónitos ante su despliegue de habilidad, y sabiendo que tal vez su viaje podía terminar mejor de lo que esperaban.
Caín había caído al suelo, apoyado en sus rodillas y sus codos, soltando golpes al árido suelo, la única razón por la que no lloraba es porque los demonios no tienen lagrimas, ella le había humillado, a el, que había obtenido un poder mas allá de los limites, mejor que cualquiera, y ella le había humillado con facilidad, sin ningún problema, igual que… que su hermano…
Sin pensarlo dos veces, el demonio se lanzó contra Karen, con toda la intención de atacarla a mordidas de ser necesario, pero ella fue mucho mas rápida, desenfundó y le golpeó el estomago con el mango de su alabarda, con tal fuerza que salió volando hacia uno de los torbellinos, y sin su lanza, no tenía la capacidad de controlar al demonio en el viento.
El demonio Caín gritó de forma desgarradora, hasta que sus gritos se fundieron con los del viento y se perdieron al fin.
Incluso Arnes tenía el rostro marcado por la sorpresa y el horror, se dirigieron hacia ella, pero solo caminó hacia la puerta infernal, indicando que la siguieran, casi como si hubiera leído la mente de ellos, dijo- ¡Ja! Se creyó inmune. Tomó más de un nuevo testamento, pero al fin tiene lo que merece.
Jinn de helios- Cantidad de envíos : 59
Fecha de inscripción : 22/02/2008
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