Capitulo 23: Soledad
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Capitulo 23: Soledad
Karen estaba de nuevo en la Mansión de los Justos, ante la mirada de un sorprendido Kaim, aunque por más impresionado que estuviera, su confiado porte no había desparecido, miró en los ojos del ángel, arrepintiéndose del error en las ilusiones de ella y Keidis.
Cuando ella estaba a punto de descargar toda su ira contra el demonio Jinn, se dio cuenta de algo a lo que no le había prestado atención a causa de lo eufórica que estaba cuando vio a su eterno rival postrado ante ella, primero que nada, justo antes de golpearlo, el demonio sonreía…
Pero aunque no era suficiente para que ella se imaginara lo que estaba sucediendo, si lo fue para que Karen desviara su atención a algo más revelador…
Las alas de Jinn no eran negras, sino de un color parduzco, algo obscuro, pero no lo suficiente como para pertenecerle al demonio, ella evitó al demonio, para luego salir del lugar, buscando una salida al campo de batalla, a pesar de que la voz del demonio Jinn le conminaba a atacar, pero ella no lo escuchó, sino que encontró un acantilado, del que emanaba una extraña luz, pensó que si eso no era la salida, entonces no había forma de escapar, así que sin pensarlo dos veces, saltó hacia el resplandor…
Y curiosamente se encontró en el vestíbulo de la Mansión de los Justos, con Keidis levantándose del suelo un poco después de el, pero Jinn y Arnes seguían atrapados en una pesadilla sin salida, un infierno en sus propias mentes.
-Libéralos-exigió Karen al demonio guardián-o te arrepentirás…-
-Lo siento, señorita, pero no pienso hacerlo…-respondió Kaim, en tono solemne, como si lamentara la tortura por la que pasaban ambos-Son un obstáculo para Mi Señor, así que deben ser exterminados…-
-Entonces debo liquidarte-
-Así es-contestó, para agregar después-Pero tiene que ser rápido, sino, ellos perderán la cordura-
Su amenaza era muy en serio, y además, Karen se dio cuenta de que Kaim estaba confiado en que ella no lograría salvar a sus aliados, las dudas asaltaron su mente, repasando la propuesta que el guardián les había ofrecido al entrar en su morada, pero solo un momento, al recordar que no era opción, se dispuso a planear una estrategia contra Kaim, si quedaba atrapada en otra ilusión, lo más probable era que pudiera escapar de ella, y como se había dado cuenta, podía seguir los movimientos del demonio si se decidía a usar sus garras, así que extendió sus alas y se abalanzó contra Kaim.
El demonio estaba atacando con las cuchillas en sus manos, y por increíble que pareciera, ella podía leer sus movimientos y evitar que la lastimaran, sin embargo, el guardián la sorteaba con la misma habilidad, lo que provocaba que la pelea continuara sin que ninguno de los dos hiciera daño al otro.
-Esa apariencia es engañosa-dijo el demonio en tono pensativo-eres mucho más peligrosa de lo que te ves-
-Me agrada que lo notes-respondió ella, desafiante-por tu bien…-
-Pero sabes que apenas comenzamos, y una batalla no se decide así, por lo que he decidido pasar al plato fuerte-y al decir estas últimas palabras, el brillo de sus ojos se intensificó, definitivamente esto sería mucho más difícil.
-Tengo muchos recursos, señorita, ahora le mostraré los prodigios de los que soy capaz…-advirtió Kaim-¡Espejo de la Muerte!-
Karen llegó a pensar que el calor ya la había afectado, pero luego se dio cuenta de que hubiera preferido eso a que el demonio se multiplicara al menos una docena de veces, todas las replicas en el mismo porte elegante y soberbio, sus ojos destellaban como joyas, para el ángel esto era un serio problema, había evitado los ataques de Kaim, pero por muy poco, tener a trece guerreros igual de hábiles con los que combatir no podía ser peor.
A la orden del demonio en el centro, todos se precipitaron a atacar, y fue justo tan complicado como ella pensó, ya que aunque se las arregló para evitar las letales cuchillas, no estaba preparada para las ágiles patadas de los demonios, manteniéndola completamente rodeada.
La implacable manada de demonios, se alejó formando un círculo alrededor de una muy golpeada Karen, dando un receso a la pelea, la chica aún se mantenía en pie, puesto que la gravedad de los golpes no era demasiada, sin embargo, ella sabía que si todo seguía así, perdería sin remedio.
-Disfruto mucho de su compañía, señorita, pero soy un hombre ocupado-dijo uno de los demonios, mientras otro más agregaba-Espero que lo entienda…-
Todo esto lo dijo en el mismo tono engañoso y elegante, ese que provocó que Karen bajara la guardia ante el demonio que la golpeaba en un costado y la mandaba contra uno de los espejos de la sala, el demonio la tomó por el cuello, inmovilizándola, a merced de las garras del guardián, Keidis trató de defenderla, pero 3 demonios le bloquearon el paso, y sin importar sus esfuerzos por pasarlos con su teletransportación, el gran numero de demonios evitó que se acercara al que tenía atrapada a Karen.
Kaim se regodeaba ante los intentos de la chica por soltarse, pero su mano la sujetaba fuertemente contra el espejo en la pared, mientras alistaba las garras de su otra mano para atravesar a Karen, usar su alabarda no serviría de nada, puesto que el demonio la bloquearía, no había nada que hacer…
Pero luego Karen se dio cuenta de algo, su brazo derecho estaba sangrando, no por las heridas de la pelea, sino por que el espejo contra el que ella estaba atrapada se había roto con el impacto, y por alguna razón, el demonio que la sujetaba parecía perder su presencia, como si de hecho no estuviera ahí.
Lo conjeturó rápidamente, y Kaim se dio cuenta de ello, así que lanzó su brazo en dirección al vientre de Karen, pero ella fue más rápida y golpeó con sus puños ambos lados del espejo, que se hizo pedazos alrededor de ella, antes de que las afiladas cuchillas la tocaran, el demonio desapareció en un destello rojizo.
Ella trató de destruir el espejo a un lado de ella, pero las demás replicas se abalanzaron para someterla, y aunque Karen lanzó su alabarda, rompiendo el espejo justo al otro lado de la habitación y provocando la desaparición de otro demonio, un par de ellos sujetaron sus brazos, mientras un tercero se preparaba a eliminarla de una vez.
-Supongo que la he subestimado mucho, pero eso no sucederá de nuevo-dijo Kaim, moviendo sus dedos para mostrarle las terribles cuchillas-lo lamento…-
Esta vez no tenía un plan, si no la hubieran atrapado contra el mismo espejo que había golpeado, y todos los demonios tenían sus ojos sobre ella, no podía hacer nada para evitar que Kaim la atravesara como una brocheta, su esperanza se había esfumado…
Y para su sorpresa, el demonio frente a ella desapareció nuevamente, luego otro, y otro, aunque ella no hizo nada…
-¡Piénsalo de nuevo!-gritó la voz de Keidis, mientras disparaba a los seis espejos puestos en las escaleras, lo que ocasionó que el mismo número de réplicas se evaporara sin más.
Solo había un espejo ya, protegido por Kaim y la única replica que quedaba, Keidis lanzó a Karen su alabarda, sacándola del espejo destrozado, ella la atrapó y se puso en guardia, tenía la espalda ensangrentada, a causa de los trozos del espejo, sin embargo, su mayor preocupación estaba en destruir a la última replica, ambos guerreros atacaron a Kaim, tratando de distraer su atención, al final, Keidis tomó su ballesta y disparó contra el espejo, eliminado a su oponente.
-No pensé que lograrían llegar hasta este punto-dijo Kaim, mirando a sus dos contrincantes-No tenía idea de la tenacidad que pueden tener los ángeles…-
-Tal vez deberías estudiar más-replicó Karen, el desafío clavado en sus ojos y su voz.
-Pero sabrá que sus esfuerzos han sido muy vanos, señorita-Kaim miraba con confianza las heridas y golpes a través de todo el cuerpo de Karen.
Ella sabía de que hablaba el demonio, sus heridas eran numerosas, y ya habían mermado su capacidad para concentrarse, mientras que durante todo el combate, el demonio no había sufrido un rasguño, eso la hizo enfurecer, y mucho…
El demonio guardián miró asombrado como el azul de los ojos de Karen se revolvía en una espiral con un color plateado, una mirada fiera, que Kaim nunca imaginó ver, pero a pesar de eso, el demonio seguía confiado en que podía ganar, aunque tenía que hacer uso de lo mejor que tenía.
Pero sus pensamientos fueron interrumpidos por el veloz ataque de Karen, antes había logrado evadir los ataques, pero su renovada fiereza le dificultaba a Kaim evitarlos completamente, el demonio empezaba a cansarse y luego la chica lo golpeó usando su alabarda como si fuera una porra, estrellando fuertemente al demonio contra el muro entre las escaleras.
-Touché, señorita-declaró el demonio, levantándose del suelo y limpiando la sangre en su boca con un pañuelo salido del interior de su ahora muy rasgado traje.
-Ya basta con eso-respondió ella, cansada de las formalidades del demonio.
-Lo triste es que no podré cumplir mi palabra…-
-¿Qué palabra?-cuestionó Karen.
-Te dije que no liberaría a tus amigos-respondió en tono triste, pero sin perder su semblante confiado-Dadas las circunstancias, no puedo mantener mi palabra…-
Al decir esto, Arnes y Jinn despertaron sobresaltados, levantándose del suelo lentamente, muy confundidos, el rostro de Arnes tuvo una mueca de asombro hasta que se reincorporó, y Jinn temblaba como una hoja, debieron haber tenido una muy mala pasada.
-¿Por qué lo haces?-preguntó Karen, su voz era muy intensa, causando sorpresa en sus aliados.
-Lamentablemente, no puedo manejar las ilusiones y mantener este combate a un nivel emocionante-Kaim miró a los dos desconcertados chicos mientras decía esto, parecía que estaba conteniendo una carcajada-Además, parece que también tenemos que cambiar de ubicación, ya que acaban de hacer pedazos mi vestíbulo.
A continuación, Kaim caminó elegantemente sobre las escaleras, hizo un gesto para que lo siguieran y entró a través de la puerta, Karen y Keidis lo siguieron, sin saber que hacer a continuación, o que truco usaría el demonio para ganar la contienda.
-¡Oigan! ¡Alguien explíqueme que demonios sucede!-
-¡Si! ¡No nos pueden dejar así! ¡¿Qué pasó!?-
No les explicaron nada, pero Jinn y Arnes tuvieron que seguir a sus compañeros de todas formas, subieron rápidamente las escaleras y entraron por la misma puerta.
Todos ellos siguieron el elegante andar del demonio guardián, Karen encabezándolos, ella no estaba segura de si cambiar la locación era la gran idea, quizás era una trampa, que en algún momento Kaim presionaría un botón y ellos caerían a un pozo llameante, pero la simple idea en un lugar así era bastante extraña, el oscuro pasillo estaba adornado con montones de salientes, un movimiento rápido y se evitarían una caída o algo así, de todos modos, estaban saliendo ya del lóbrego pasadizo, llegando a una sala llena de enormes puertas que llegaban hasta el techo, trece, para ser exactos.
-¿Estas son las trece puertas?-preguntó Jinn, pues el y Arnes ya estaban saliendo del shock.
-No-respondió Kaim, para luego agregar con algo de orgullo-pero no iba a dejar que ese presumido de la novena puerta fuera el único con una buena sala. Por aquí, señores.
Cuando ella estaba a punto de descargar toda su ira contra el demonio Jinn, se dio cuenta de algo a lo que no le había prestado atención a causa de lo eufórica que estaba cuando vio a su eterno rival postrado ante ella, primero que nada, justo antes de golpearlo, el demonio sonreía…
Pero aunque no era suficiente para que ella se imaginara lo que estaba sucediendo, si lo fue para que Karen desviara su atención a algo más revelador…
Las alas de Jinn no eran negras, sino de un color parduzco, algo obscuro, pero no lo suficiente como para pertenecerle al demonio, ella evitó al demonio, para luego salir del lugar, buscando una salida al campo de batalla, a pesar de que la voz del demonio Jinn le conminaba a atacar, pero ella no lo escuchó, sino que encontró un acantilado, del que emanaba una extraña luz, pensó que si eso no era la salida, entonces no había forma de escapar, así que sin pensarlo dos veces, saltó hacia el resplandor…
Y curiosamente se encontró en el vestíbulo de la Mansión de los Justos, con Keidis levantándose del suelo un poco después de el, pero Jinn y Arnes seguían atrapados en una pesadilla sin salida, un infierno en sus propias mentes.
-Libéralos-exigió Karen al demonio guardián-o te arrepentirás…-
-Lo siento, señorita, pero no pienso hacerlo…-respondió Kaim, en tono solemne, como si lamentara la tortura por la que pasaban ambos-Son un obstáculo para Mi Señor, así que deben ser exterminados…-
-Entonces debo liquidarte-
-Así es-contestó, para agregar después-Pero tiene que ser rápido, sino, ellos perderán la cordura-
Su amenaza era muy en serio, y además, Karen se dio cuenta de que Kaim estaba confiado en que ella no lograría salvar a sus aliados, las dudas asaltaron su mente, repasando la propuesta que el guardián les había ofrecido al entrar en su morada, pero solo un momento, al recordar que no era opción, se dispuso a planear una estrategia contra Kaim, si quedaba atrapada en otra ilusión, lo más probable era que pudiera escapar de ella, y como se había dado cuenta, podía seguir los movimientos del demonio si se decidía a usar sus garras, así que extendió sus alas y se abalanzó contra Kaim.
El demonio estaba atacando con las cuchillas en sus manos, y por increíble que pareciera, ella podía leer sus movimientos y evitar que la lastimaran, sin embargo, el guardián la sorteaba con la misma habilidad, lo que provocaba que la pelea continuara sin que ninguno de los dos hiciera daño al otro.
-Esa apariencia es engañosa-dijo el demonio en tono pensativo-eres mucho más peligrosa de lo que te ves-
-Me agrada que lo notes-respondió ella, desafiante-por tu bien…-
-Pero sabes que apenas comenzamos, y una batalla no se decide así, por lo que he decidido pasar al plato fuerte-y al decir estas últimas palabras, el brillo de sus ojos se intensificó, definitivamente esto sería mucho más difícil.
-Tengo muchos recursos, señorita, ahora le mostraré los prodigios de los que soy capaz…-advirtió Kaim-¡Espejo de la Muerte!-
Karen llegó a pensar que el calor ya la había afectado, pero luego se dio cuenta de que hubiera preferido eso a que el demonio se multiplicara al menos una docena de veces, todas las replicas en el mismo porte elegante y soberbio, sus ojos destellaban como joyas, para el ángel esto era un serio problema, había evitado los ataques de Kaim, pero por muy poco, tener a trece guerreros igual de hábiles con los que combatir no podía ser peor.
A la orden del demonio en el centro, todos se precipitaron a atacar, y fue justo tan complicado como ella pensó, ya que aunque se las arregló para evitar las letales cuchillas, no estaba preparada para las ágiles patadas de los demonios, manteniéndola completamente rodeada.
La implacable manada de demonios, se alejó formando un círculo alrededor de una muy golpeada Karen, dando un receso a la pelea, la chica aún se mantenía en pie, puesto que la gravedad de los golpes no era demasiada, sin embargo, ella sabía que si todo seguía así, perdería sin remedio.
-Disfruto mucho de su compañía, señorita, pero soy un hombre ocupado-dijo uno de los demonios, mientras otro más agregaba-Espero que lo entienda…-
Todo esto lo dijo en el mismo tono engañoso y elegante, ese que provocó que Karen bajara la guardia ante el demonio que la golpeaba en un costado y la mandaba contra uno de los espejos de la sala, el demonio la tomó por el cuello, inmovilizándola, a merced de las garras del guardián, Keidis trató de defenderla, pero 3 demonios le bloquearon el paso, y sin importar sus esfuerzos por pasarlos con su teletransportación, el gran numero de demonios evitó que se acercara al que tenía atrapada a Karen.
Kaim se regodeaba ante los intentos de la chica por soltarse, pero su mano la sujetaba fuertemente contra el espejo en la pared, mientras alistaba las garras de su otra mano para atravesar a Karen, usar su alabarda no serviría de nada, puesto que el demonio la bloquearía, no había nada que hacer…
Pero luego Karen se dio cuenta de algo, su brazo derecho estaba sangrando, no por las heridas de la pelea, sino por que el espejo contra el que ella estaba atrapada se había roto con el impacto, y por alguna razón, el demonio que la sujetaba parecía perder su presencia, como si de hecho no estuviera ahí.
Lo conjeturó rápidamente, y Kaim se dio cuenta de ello, así que lanzó su brazo en dirección al vientre de Karen, pero ella fue más rápida y golpeó con sus puños ambos lados del espejo, que se hizo pedazos alrededor de ella, antes de que las afiladas cuchillas la tocaran, el demonio desapareció en un destello rojizo.
Ella trató de destruir el espejo a un lado de ella, pero las demás replicas se abalanzaron para someterla, y aunque Karen lanzó su alabarda, rompiendo el espejo justo al otro lado de la habitación y provocando la desaparición de otro demonio, un par de ellos sujetaron sus brazos, mientras un tercero se preparaba a eliminarla de una vez.
-Supongo que la he subestimado mucho, pero eso no sucederá de nuevo-dijo Kaim, moviendo sus dedos para mostrarle las terribles cuchillas-lo lamento…-
Esta vez no tenía un plan, si no la hubieran atrapado contra el mismo espejo que había golpeado, y todos los demonios tenían sus ojos sobre ella, no podía hacer nada para evitar que Kaim la atravesara como una brocheta, su esperanza se había esfumado…
Y para su sorpresa, el demonio frente a ella desapareció nuevamente, luego otro, y otro, aunque ella no hizo nada…
-¡Piénsalo de nuevo!-gritó la voz de Keidis, mientras disparaba a los seis espejos puestos en las escaleras, lo que ocasionó que el mismo número de réplicas se evaporara sin más.
Solo había un espejo ya, protegido por Kaim y la única replica que quedaba, Keidis lanzó a Karen su alabarda, sacándola del espejo destrozado, ella la atrapó y se puso en guardia, tenía la espalda ensangrentada, a causa de los trozos del espejo, sin embargo, su mayor preocupación estaba en destruir a la última replica, ambos guerreros atacaron a Kaim, tratando de distraer su atención, al final, Keidis tomó su ballesta y disparó contra el espejo, eliminado a su oponente.
-No pensé que lograrían llegar hasta este punto-dijo Kaim, mirando a sus dos contrincantes-No tenía idea de la tenacidad que pueden tener los ángeles…-
-Tal vez deberías estudiar más-replicó Karen, el desafío clavado en sus ojos y su voz.
-Pero sabrá que sus esfuerzos han sido muy vanos, señorita-Kaim miraba con confianza las heridas y golpes a través de todo el cuerpo de Karen.
Ella sabía de que hablaba el demonio, sus heridas eran numerosas, y ya habían mermado su capacidad para concentrarse, mientras que durante todo el combate, el demonio no había sufrido un rasguño, eso la hizo enfurecer, y mucho…
El demonio guardián miró asombrado como el azul de los ojos de Karen se revolvía en una espiral con un color plateado, una mirada fiera, que Kaim nunca imaginó ver, pero a pesar de eso, el demonio seguía confiado en que podía ganar, aunque tenía que hacer uso de lo mejor que tenía.
Pero sus pensamientos fueron interrumpidos por el veloz ataque de Karen, antes había logrado evadir los ataques, pero su renovada fiereza le dificultaba a Kaim evitarlos completamente, el demonio empezaba a cansarse y luego la chica lo golpeó usando su alabarda como si fuera una porra, estrellando fuertemente al demonio contra el muro entre las escaleras.
-Touché, señorita-declaró el demonio, levantándose del suelo y limpiando la sangre en su boca con un pañuelo salido del interior de su ahora muy rasgado traje.
-Ya basta con eso-respondió ella, cansada de las formalidades del demonio.
-Lo triste es que no podré cumplir mi palabra…-
-¿Qué palabra?-cuestionó Karen.
-Te dije que no liberaría a tus amigos-respondió en tono triste, pero sin perder su semblante confiado-Dadas las circunstancias, no puedo mantener mi palabra…-
Al decir esto, Arnes y Jinn despertaron sobresaltados, levantándose del suelo lentamente, muy confundidos, el rostro de Arnes tuvo una mueca de asombro hasta que se reincorporó, y Jinn temblaba como una hoja, debieron haber tenido una muy mala pasada.
-¿Por qué lo haces?-preguntó Karen, su voz era muy intensa, causando sorpresa en sus aliados.
-Lamentablemente, no puedo manejar las ilusiones y mantener este combate a un nivel emocionante-Kaim miró a los dos desconcertados chicos mientras decía esto, parecía que estaba conteniendo una carcajada-Además, parece que también tenemos que cambiar de ubicación, ya que acaban de hacer pedazos mi vestíbulo.
A continuación, Kaim caminó elegantemente sobre las escaleras, hizo un gesto para que lo siguieran y entró a través de la puerta, Karen y Keidis lo siguieron, sin saber que hacer a continuación, o que truco usaría el demonio para ganar la contienda.
-¡Oigan! ¡Alguien explíqueme que demonios sucede!-
-¡Si! ¡No nos pueden dejar así! ¡¿Qué pasó!?-
No les explicaron nada, pero Jinn y Arnes tuvieron que seguir a sus compañeros de todas formas, subieron rápidamente las escaleras y entraron por la misma puerta.
Todos ellos siguieron el elegante andar del demonio guardián, Karen encabezándolos, ella no estaba segura de si cambiar la locación era la gran idea, quizás era una trampa, que en algún momento Kaim presionaría un botón y ellos caerían a un pozo llameante, pero la simple idea en un lugar así era bastante extraña, el oscuro pasillo estaba adornado con montones de salientes, un movimiento rápido y se evitarían una caída o algo así, de todos modos, estaban saliendo ya del lóbrego pasadizo, llegando a una sala llena de enormes puertas que llegaban hasta el techo, trece, para ser exactos.
-¿Estas son las trece puertas?-preguntó Jinn, pues el y Arnes ya estaban saliendo del shock.
-No-respondió Kaim, para luego agregar con algo de orgullo-pero no iba a dejar que ese presumido de la novena puerta fuera el único con una buena sala. Por aquí, señores.
Jinn de helios- Cantidad de envíos : 59
Fecha de inscripción : 22/02/2008
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