capitulo 2: Hija de los angeles
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capitulo 2: Hija de los angeles
Capitulo 2: Hija de los ángeles
Karen era una chica muy normal, que en ese momento salía de la escuela, con el uniforme de falda negra y camisa blanca, con cabello negro hasta los hombros y ojos de color café, platicaba con unas amigas, al salir por la puerta
¿Ya notaste que la escuela parece como japonesa?- dijo una.
Neta, ¿Por qué será?- respondió otra de ellas.
Quien sabe, pero si algún idiota pasa por aquí, pensara que esta en Japón – dijo Karen, mientras reía, y nadie escucho a Keidis gritando “¡no soy idiota!”, y luego tapándose la boca y ocultándose de nuevo.
En ese momento, Karen sintió que alguien la empujaba, y vio a un chico de cabello negro y rizado, con un pantalón negro y camisa blanca, que se abría paso entre la multitud.
¡Oye, fíjate por donde vas!- grito Karen, hecha una furia.
¡Lo siento!- respondió el chico, sin detenerse, mientras corría entre los demás estudiantes.
¿Adonde va tan rápido?- pregunto Karen.
Quien sabe, ese chico es muy extraño, dicen que habla solo en los recesos.-respondió una chica que las acompañaba.
De repente, Karen sintió algo muy familiar, desagradable, pero familiar, como un sofocante calor, que nadie más sentía.
Sabía bien lo que eso indicaba…
¿Me disculpan?, olvide que tengo que hacer algo en mi casa.- dijo Karen, mientras salía corriendo.
Karen se dirigió tan rápido como pudo al lugar en que presentía estaba esa cosa, ella siempre pudo sentirlos, y cuando descubrió su poder, dejo de temerles y los enfrentaba cada que salían de su límite, ella combatía a los demonios que no respetaban el equilibrio.
Llego al lugar, un viejo lote baldío, lleno de hierbas y árboles, ahí, el calor era tan sofocante que costaba respirar, pero ella ya estaba acostumbrada a esto.
No tuvo que esperar, la criatura estaba debajo de un árbol, devorando lo que alguna vez fue una persona.
Era bastante grande, de cerca de 3 metros, con cuernos, garras en una mano y una cuchilla en el lugar de la otra, y afilados dientes cubiertos de sangre, lo más remarcable, eran sus ojos, de un color rojo brillante.
¡Monstruo asqueroso, suéltala ahora!-grito Karen, furiosa.
El demonio, al que no le agradaba que lo insultaran, se volvió hacia Karen y se rió.
¡Jajajajaja! ¿Qué clase de pulga es la que interrumpe mi comida?-dijo el demonio.
La que te va a liquidar en este momento.- dijo Karen al tiempo que una luz la envolvió y en su lugar había una chica de cabello castaño, con una armadura azul y…alas blancas.
¡Un ángel!- se dijo Keidis, mientras comenzaba a entender el motivo de su misión.
¿Con que un ángel?, eh- dijo el demonio- ¡te voy a descuartizar!
Dicho esto el demonio se abalanzó sobre Karen, pero al momento que dio el golpe, ella había desaparecido.
¿Dónde te escondes? ¿Acaso los ángeles no tienen orgullo? jajá jajá…
El demonio solo rió un instante porque al siguiente, un centelleo lo dividió a la mitad.
Te voy a informar que los ángeles no se esconden, tampoco es nuestro problema que ustedes sean tan lentos- dijo Karen, mientras guardaba su alabarda.
En ese momento, otro demonio exactamente igual al anterior, ataco a Karen, quien con rapidez, desenvaino su alabarda, lista para atacar.
¡Luz purificadora!...
La cuchilla de Karen no toco al demonio, pues este fue vaporizado por un relámpago…pero no vino desde arriba, sino en lateral, desde una dirección a la que Karen miro.
Ahí estaba el chico que tan apresurado había salido de la escuela, con una mano extendida hacia donde estaba el monstruo.
Karen era una chica muy normal, que en ese momento salía de la escuela, con el uniforme de falda negra y camisa blanca, con cabello negro hasta los hombros y ojos de color café, platicaba con unas amigas, al salir por la puerta
¿Ya notaste que la escuela parece como japonesa?- dijo una.
Neta, ¿Por qué será?- respondió otra de ellas.
Quien sabe, pero si algún idiota pasa por aquí, pensara que esta en Japón – dijo Karen, mientras reía, y nadie escucho a Keidis gritando “¡no soy idiota!”, y luego tapándose la boca y ocultándose de nuevo.
En ese momento, Karen sintió que alguien la empujaba, y vio a un chico de cabello negro y rizado, con un pantalón negro y camisa blanca, que se abría paso entre la multitud.
¡Oye, fíjate por donde vas!- grito Karen, hecha una furia.
¡Lo siento!- respondió el chico, sin detenerse, mientras corría entre los demás estudiantes.
¿Adonde va tan rápido?- pregunto Karen.
Quien sabe, ese chico es muy extraño, dicen que habla solo en los recesos.-respondió una chica que las acompañaba.
De repente, Karen sintió algo muy familiar, desagradable, pero familiar, como un sofocante calor, que nadie más sentía.
Sabía bien lo que eso indicaba…
¿Me disculpan?, olvide que tengo que hacer algo en mi casa.- dijo Karen, mientras salía corriendo.
Karen se dirigió tan rápido como pudo al lugar en que presentía estaba esa cosa, ella siempre pudo sentirlos, y cuando descubrió su poder, dejo de temerles y los enfrentaba cada que salían de su límite, ella combatía a los demonios que no respetaban el equilibrio.
Llego al lugar, un viejo lote baldío, lleno de hierbas y árboles, ahí, el calor era tan sofocante que costaba respirar, pero ella ya estaba acostumbrada a esto.
No tuvo que esperar, la criatura estaba debajo de un árbol, devorando lo que alguna vez fue una persona.
Era bastante grande, de cerca de 3 metros, con cuernos, garras en una mano y una cuchilla en el lugar de la otra, y afilados dientes cubiertos de sangre, lo más remarcable, eran sus ojos, de un color rojo brillante.
¡Monstruo asqueroso, suéltala ahora!-grito Karen, furiosa.
El demonio, al que no le agradaba que lo insultaran, se volvió hacia Karen y se rió.
¡Jajajajaja! ¿Qué clase de pulga es la que interrumpe mi comida?-dijo el demonio.
La que te va a liquidar en este momento.- dijo Karen al tiempo que una luz la envolvió y en su lugar había una chica de cabello castaño, con una armadura azul y…alas blancas.
¡Un ángel!- se dijo Keidis, mientras comenzaba a entender el motivo de su misión.
¿Con que un ángel?, eh- dijo el demonio- ¡te voy a descuartizar!
Dicho esto el demonio se abalanzó sobre Karen, pero al momento que dio el golpe, ella había desaparecido.
¿Dónde te escondes? ¿Acaso los ángeles no tienen orgullo? jajá jajá…
El demonio solo rió un instante porque al siguiente, un centelleo lo dividió a la mitad.
Te voy a informar que los ángeles no se esconden, tampoco es nuestro problema que ustedes sean tan lentos- dijo Karen, mientras guardaba su alabarda.
En ese momento, otro demonio exactamente igual al anterior, ataco a Karen, quien con rapidez, desenvaino su alabarda, lista para atacar.
¡Luz purificadora!...
La cuchilla de Karen no toco al demonio, pues este fue vaporizado por un relámpago…pero no vino desde arriba, sino en lateral, desde una dirección a la que Karen miro.
Ahí estaba el chico que tan apresurado había salido de la escuela, con una mano extendida hacia donde estaba el monstruo.
Jinn de helios- Cantidad de envíos : 59
Fecha de inscripción : 22/02/2008
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