Capítulo 30: Supervivencia

Hasta hace un momento, la euforia y el regocijo se habían apoderado de los cuatro integrantes del disparejo grupo que se internó en el infierno para encontrar un medio que les permitiera evitar un cataclismo inminente, pero ahora, sentimientos como la desesperación, el enojo y la sorpresa se mezclaban en ellos de una forma que solo les indicaba un mensaje amargo como la hiel: todo fue en vano…
-¿¡Qué demonios sucede aquí!?-gritó Keidis al sorprendido Feline Pantaro, tomándolo de la camisa sin que este opusiera resistencia…
Karen estaba furiosa al ver el artefacto que se supone era su esperanza completamente inservible, Arnes apretó los dientes y los puños ante la visión de una puerta no solo a la salvación de su mundo, sino a su pasado, Jinn estaba boquiabierto, sin poder articular palabra, y las lágrimas se escapaban de sus ojos al recordar que mató a su propio padre con tal de llegar a una meta intangible…
-Cometimos… un terrible error…-susurró Feline, no a manera de respuesta, sino como si no creyera lo que tenía ante sus ojos…
-¡¿Qué sucede?! ¡Explícate!-exigió Keidis, sintiendo la cordura escapar de su ser, Feline apartó al cazador con fastidio y se apoyó en la pared, presa de la sorpresa, los demás se voltearon a escuchar lo que el guardián de las trece puertas tenía que decir…
-El muy maldito está determinado a conseguir lo que quiere…-dijo Feline, mirando a los cansados y furiosos ojos de los guerreros frente a él…
-¿Qué es lo que pasa…?-preguntó Jinn, sintiendo su propia voz muy lejana de su cuerpo…
-Lucifer… es el único con el poder para destruir el Ojo del Infierno…-explicó Feline, con gran desesperación…-debió darse cuenta de la amenaza que ustedes representaban, y para impedir que conocieran los datos de su plan, estuvo dispuesto a llegar a las últimas consecuencias…-
-¿Qué significa? ¿Ya no hay manera de detenerlo?-preguntó Karen, volviendo a la realidad de repente y viendo el pequeño lugar en el que ahora se encontraban…
-Aún hay tiempo… el muy bastardo no confía en mí, por eso no me mencionó nada como a los guardianes con su confidencia, pero…-Feline lo planteó como una posibilidad remota, aunque era una luz al final del túnel…-lo que sea que tiene en mente, requiere tiempo, o no se habría tomado un riesgo tan grande como este…-
-¿Qué riesgo?-preguntó Arnes, esperando a entender la mente de su oponente…
-Destruir el único artefacto que le permitía ver en las líneas enemigas…-respondió Feline-debe estar muy confiado en su victoria…-
-Lo que le dé tanta confianza, no significa nada para nosotros…-dijo Jinn, dispuesto enteramente a evitar la perdición de su mundo…
-Espera…-dijo Feline, mirando el artefacto destruido-tal vez aún funcione…-
-¿Tú crees…?-comentó Keidis, si una vana esperanza como esa era posible, entonces no todo había sido en vano durante el viaje…
-No es seguro, pero vale la pena intentarlo…-
Los cuatro se acercaron al Ojo del Infierno, con cautela y lentitud, Keidis miró al aparato como si pudiera revelarle algo, y esa era la idea…
-El Ojo funciona formulando una pregunta, y este te muestra imágenes precisas como respuesta…-explicó el cazador, adelantándose a los demás…
-Bien, pregúntale…-ordenó Karen…
-De acuerdo, jefa…-masculló Keidis, y luego se volteó al Ojo-¿Cuál es el plan de Lucifer?-
El Ojo del Infierno comenzó a emitir un sonido siseante, mientras el destrozado cristal en el centro brillaba a intervalos, ante la sorpresa de todos. El Ojo mostró a través del cristal destruido un paraje desolado y brillante, luego, una especie de pasillo iluminado por antorchas, y después, un brillo escarlata, parecido al de una joya, cada una de estas imágenes era indefinida, y difícil de vislumbrar, pero al final, un número indefinido de siluetas apareció en el vidrio quebrado. Durante un momento, Jinn logró ver los siniestros ojos de cada una de las figuras, y solo él recibió sus miradas contra la suya antes de que el vidrio se estrellara hasta hacer imposible ver algo más…
-No nos dice mucho…-comentó Karen con fastidio, todos intentaban comprender las imágenes que se les habían revelado, hasta que un sonido provoco escalofríos en sus cuerpos… una voz…
-¡No es posible!-exclamó Feline, al reconocer con horror al dueño de aquella voz siseante y siniestra, que podía reflejar la perversión y la oscuridad con una sola palabra, todos se pusieron en guardia, buscando con la mirada a su máximo oponente…
-Aquí estoy…-llamó de nuevo, los ojos de todos los ahí reunidos se cruzaron con una mirada carbonizadora y funesta, repleta de la oscuridad que se puede acumular a través de los eventos más ruines en la historia, su piel era pálida como la de un cadáver, y sus rasgos tan bellos como perversos, recordaban a una figura viperina, su cabello era de un color plateado, pero impuro en cierta forma, vestido con una túnica negra como la noche, ricamente decorada en oro, con una capa escarlata, sonreía desde el otro lado de la habitación con aire divertido y cínico, dejando ver a todos su oscura alma…
-Me tienen impresionado…-comentó Lucifer, con una voz suave y siseante, que tenía un matiz lascivo como fondo…-Y pensar que llegué a confiarles su eliminación a mis guardianes…-
El grupo lo miraba, entre la impresión y el terror, un terror provocado por la increíble cantidad de energía que el rey de los demonios despedía, una energía contaminada y oscura, feroz como una manada de lobos y siniestra como una intención oculta, el solo sentirla en ese momento hacia a uno pensar cuales eran sus verdaderos poderes…
-Y también estoy lastimado…-continuó Lucifer, fingiendo un puchero con su voz…-Me han arrebatado a algunos de mis más fuertes soldados… a Caín lo conocí cuando era solo un niño, pero su odio era tan intenso que no me resistí…-
Lucifer desapareció de repente, para volver junto a Keidis, de una manera que causó sorpresa y miedo en todos…-y Belial… sus habilidades me ganaron tantas almas… es algo entrañable…-
Todos estaban paralizados con la terrible presencia de Lucifer, nadie se atrevía a parpadear siquiera, se sentía cuando una bestia salvaje tiene la intención de atacarte y tú lo sabes…
Lucifer se movió con rapidez frente a Arnes, provocando que este retrocediera un par de pasos al sentir su alma podrida tan cerca de él…-Kysumi… era muy bella… y letal, sin piedad alguna por cucarachas como ustedes…-
Jinn sintió escalofríos al saberse espalda con espalda con el rey de los demonios-Pero no todo es malo… me libraste de Marcus, quien desacató mi orden de no establecer ningún contacto que mostrara debilidad con los humanos… el hecho de que existas solo me recuerda que Marcus era un peón inútil…-
-¡No te atrevas a hablar así de él!-exclamó Jinn, perdiendo la razón y atacando con velocidad a Lucifer con la espada de su padre, pero este la detuvo usando solo dos dedos de su mano, para luego agitarla un poco y lanzar a Jinn con tremenda fuerza sobre la pared, Lucifer apareció frente a Karen y continuó…
-Pero si hay escoria entre mis filas, puedo hablar de Kaim…-Lucifer tomó la barbilla de Karen, quien estaba inmóvil por su presencia-sentir atracción por un ser inmundo como tú… eso es aún más patético que la debilidad de Marcus hacia esa humana…-
El rey de los demonios desapareció, dejando a Karen con la sensación de haber encarado a la muerte, y siguió su discurso desde el centro de la sala de las trece puertas…-Y como olvidar a Lilith… siempre pensé que era de las mejores… es una pérdida que pueden asegurar que lloraré…-
Si el demonio podía sentir algún sentimiento de tristeza, quedó como misterio, ya que luego caminó con aire elegante alrededor de la sala, mirando con especial desprecio a Jinn, siendo este un híbrido, la simple idea le repugnaba…-Meldak… rindiéndose frente al enemigo de manera cobarde… sabiendo que su deber es morir por obedecer mis órdenes…-
Las palabras salieron de su boca suaves y oscuras, como veneno de serpiente, y luego se acercó a Feline, quien sintió su pelo erizarse como el de un gato, solo había una persona que podía hacer reaccionar de esa manera al guardián de las trece puertas…-y Feline… ayudando al enemigo a mis espaldas… pero te equivocaste… yo lo veo todo… y sé quienes son inútiles para mí y como castigarlos…-
Lucifer soltó un tremendo golpe en el estómago a Feline, quien cayó en cuclillas y sin aliento, Lucifer soltó una risa burlona y siseante, antes de volver al centro de la sala…
-No entienden quien soy… yo conozco a los humanos… vivo dentro de ellos… en cada decisión que toman…-Lucifer miró a cada uno de ellos, dejando una marca a fuego en sus almas-yo susurro a sus oídos, mientras su Dios guarda silencio… yo me presento cuando me llaman, mientras Él se esconde detrás de leyendas… lamentablemente no puedo encargarme de ustedes, pero hay alguien que lo hará…-
Y dicho esto, una segunda figura apareció en la habitación…
-Ya lo verán… soy el que merece tener el control…-Lucifer desaparecía poco a poco, dejando el llameante resplandor de sus malvados ojos…-Yo soy… el portador de luz…-
Lucifer desapareció, dejando a esa chica pelirroja de armadura escarlata, sus ojos tenían un extraño tono rojo pálido, que parecía tener algo de fondo que uno no podía explicar, su piel clara se distinguía entre la oscuridad de la sala, e iba armada con una katana de rubí y un escudo escarlata con el grabado de un águila en el, su forma estaba definida por cuatro alas de plumas blancas…
-¿Quién es ella?-preguntó Karen, al sentir la extraña mezcla de energía en el demonio frente a ellos…
-Hace dos siglos, Lucifer regresó de una de sus tantas expediciones con un demonio de origen desconocido-explicó Feline, reincorporándose lentamente-al poco tiempo, y de forma inexplicable, se ganó la confianza de Lucifer, convirtiéndola en su guardaespaldas, y enseñándole sus técnicas secretas y siendo su confidente… Su nombre es Alice Carline…-
-Supongo que no viene solo a saludar ¿Verdad?-dijo Keidis con sarcasmo…
-Si la capturamos, podría decirnos lo que planea Lucifer-observó Arnes, dando un paso al frente.
-No será fácil, pero es lo que tenemos… ¡vamos!-dijo Jinn, acercándose con su espada lista, aunque su otro brazo no podía moverse…